Media votos
6,4
Votos
773
Críticas
5
Listas
6
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Live34:
9
2017
Jonathan Entwistle (Creador), Jonathan Entwistle ...
7,2
20.684
Serie de TV. Comedia. Drama
Miniserie de TV (2017). 8 episodios. Esta no es la típica historia de chico conoce a chica. James y Alyssa, dos adolescentes rebeldes, se embarcan en un viaje por carretera como nunca habían imaginado. Basada en la novela gráfica de Charles Forsman.
En 2019 se estrenó una segunda temporada
https://www.filmaffinity.com/es/film802043.html
En 2019 se estrenó una segunda temporada
https://www.filmaffinity.com/es/film802043.html
17 de mayo de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me gustan las series británicas. Me gusta sobre todo su desapego al melodrama corriente, su paciente cultivo de los gestos contenidos.
Tal vez porque venía de ver otra serie inglesa de adolescentes (muy amables y sobreadaptados ellos), los primeros capítulos de The end of the f***ing World me resultaron insoportables. El personaje de una chica demasiado irascible amenazaba con llevarse puesto el proyecto apenas comenzada la serie. El actor que encarnaba al otro protagonista me pareció un poco incomodo en la rigidez que reclamaba el personaje. No me gustó, no me gustó para nada. Tiempo después volví a la carga aunque sin gran expectativa (ahora entiendo la estrategia de Netflix de cambiar aleatoriamente las portadas de las series y películas para invitar a los usuarios a darle otra oportunidad a sus productos: en la nueva portada, la chica furiosa que había visto antes, estaba vestida de novia).
Volví a donde me había quedado. Superada la sorpresa y asumido el hecho de que para los personajes todo estaba definitivamente jodido ya en el tercer capítulo, seguí adelante. Lo demás fue dejarse ir por ese camino hacia adentro por el que transitan James y Alyssa. Vi las dos temporadas en un pestañeo. Un par de veces.
Alyssa (Jessica Barden) es feroz e inmadura. James (Alex Lawther) es habilidoso y moral (aunque al principio él mismo lo ignore). A la larga descubrimos en el supuesto psicópata a una criatura frágil, un peluche que no quisiéramos dejar de abrazar. Alyssa, la grosera, la terrible, la que nunca mide las consecuencias, en el fondo no es más que una niña asustada y furiosa como un animal malherido. Ambos descubren, no sin sobresaltos, que no funcionan bien separados. Pero tampoco demasiado juntos. De eso se trata este pequeño drama: sospechamos que a la larga, quizás lo suyo no vaya a funcionar (al menos no sin dejar algunas víctimas en el camino). Pero, qué remedio...
La química es perfecta. No recuerdo tanta empatía en una pareja de ficción desde los amantes de "Antes del amanecer" (Before Sunrise, 1995).
Entre el personaje de la "aplanadora" Barden (impecable en la composición del personaje de Alyssa tan auténtico y lleno de matices) y el del magnífico Lawther (que puede ser lo que quiera, cuando quiera, desde un príncipe a un alienado), me quedo con el vulnerable y melancólico James porque cada gesto sutil, cada lágrima contenida, cada suspiro de frustración y de renuncia lo acercan cada vez más a la perfección del héroe romántico clásico que en definitiva es y que lo inscriben en una genealogía que lo trasciende: altruista, enamorado secreto y capaz de todos los sacrificios posibles.
James y Alyssa son de esos personajes que se quedan con nosotros mucho, mucho tiempo después de que la pantalla funde a negro definitivamente.
Tal vez porque venía de ver otra serie inglesa de adolescentes (muy amables y sobreadaptados ellos), los primeros capítulos de The end of the f***ing World me resultaron insoportables. El personaje de una chica demasiado irascible amenazaba con llevarse puesto el proyecto apenas comenzada la serie. El actor que encarnaba al otro protagonista me pareció un poco incomodo en la rigidez que reclamaba el personaje. No me gustó, no me gustó para nada. Tiempo después volví a la carga aunque sin gran expectativa (ahora entiendo la estrategia de Netflix de cambiar aleatoriamente las portadas de las series y películas para invitar a los usuarios a darle otra oportunidad a sus productos: en la nueva portada, la chica furiosa que había visto antes, estaba vestida de novia).
Volví a donde me había quedado. Superada la sorpresa y asumido el hecho de que para los personajes todo estaba definitivamente jodido ya en el tercer capítulo, seguí adelante. Lo demás fue dejarse ir por ese camino hacia adentro por el que transitan James y Alyssa. Vi las dos temporadas en un pestañeo. Un par de veces.
Alyssa (Jessica Barden) es feroz e inmadura. James (Alex Lawther) es habilidoso y moral (aunque al principio él mismo lo ignore). A la larga descubrimos en el supuesto psicópata a una criatura frágil, un peluche que no quisiéramos dejar de abrazar. Alyssa, la grosera, la terrible, la que nunca mide las consecuencias, en el fondo no es más que una niña asustada y furiosa como un animal malherido. Ambos descubren, no sin sobresaltos, que no funcionan bien separados. Pero tampoco demasiado juntos. De eso se trata este pequeño drama: sospechamos que a la larga, quizás lo suyo no vaya a funcionar (al menos no sin dejar algunas víctimas en el camino). Pero, qué remedio...
La química es perfecta. No recuerdo tanta empatía en una pareja de ficción desde los amantes de "Antes del amanecer" (Before Sunrise, 1995).
Entre el personaje de la "aplanadora" Barden (impecable en la composición del personaje de Alyssa tan auténtico y lleno de matices) y el del magnífico Lawther (que puede ser lo que quiera, cuando quiera, desde un príncipe a un alienado), me quedo con el vulnerable y melancólico James porque cada gesto sutil, cada lágrima contenida, cada suspiro de frustración y de renuncia lo acercan cada vez más a la perfección del héroe romántico clásico que en definitiva es y que lo inscriben en una genealogía que lo trasciende: altruista, enamorado secreto y capaz de todos los sacrificios posibles.
James y Alyssa son de esos personajes que se quedan con nosotros mucho, mucho tiempo después de que la pantalla funde a negro definitivamente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Del amor y otras tristezas de este jo**do mundo:
Los besos no dados, las caricias no recibidas, las palabras de amor nunca dichas resultan más sensuales que todas las escenas de corporalidad explícita. Mención aparte merece la magnifica banda sonora que no solo funciona como paisaje o telón de fondo, sino que de alguna manera las canciones (clásicas, cuál más romántica y desgarradora) hablan por los amantes. La banda sonora, convertida en un personaje más, casi una voz en off, logra decir lo que los amantes callan o incluso apenas intuyen, más allá del acertado recurso del guion de hacernos participes de los pensamientos de cada uno.
Los queremos tal cual son, James y Alyssa, porque así de insatisfactoria e ingrata puede ser la vida.
James y Alyssa se aman y se admiran mutuamente sin dejar que se les note demasiado. ¡Hay que animarse a contar una historia de amor adolescente sin un solo acostón! ¡y que funcione, y que deje una duradera sensación agridulce de añoranza y de deseo a flor de piel!
Los besos no dados, las caricias no recibidas, las palabras de amor nunca dichas resultan más sensuales que todas las escenas de corporalidad explícita. Mención aparte merece la magnifica banda sonora que no solo funciona como paisaje o telón de fondo, sino que de alguna manera las canciones (clásicas, cuál más romántica y desgarradora) hablan por los amantes. La banda sonora, convertida en un personaje más, casi una voz en off, logra decir lo que los amantes callan o incluso apenas intuyen, más allá del acertado recurso del guion de hacernos participes de los pensamientos de cada uno.
Los queremos tal cual son, James y Alyssa, porque así de insatisfactoria e ingrata puede ser la vida.
James y Alyssa se aman y se admiran mutuamente sin dejar que se les note demasiado. ¡Hay que animarse a contar una historia de amor adolescente sin un solo acostón! ¡y que funcione, y que deje una duradera sensación agridulce de añoranza y de deseo a flor de piel!