Cormac McCarthy firma un guión repleto de epifanías, Scott añade algo de ritmo sincopado y un reparto maravilloso de estrellas hace el ridículo. En un primer visionado pude admirarla como extrañeza deliberada, en un segundo vi el cúmulo de tonterías y errores conceptuales que ponen en marcha su "trama". En este sentido, El consejero es una prolongación de los Coen de no es país para viejos: vaciado de género, sin apenas nada que mostrar ya.