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Venezuela Venezuela · Nueva Esparta
Voto de Sebastian Arena:
10
Comedia. Drama En Nueva York, dos matrimonios se reúnen, en principio de manera civilizada, para hablar de la reciente pelea que han tenido sus hijos en un parque. Pero el encuentro se complicará hasta límites insospechados... Adaptación de la obra teatral homónima de la autora francesa Yasmina Reza. (FILMAFFINITY)
2 de mayo de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un cínico (Waltz), una idealista (Foster), un irreverente conciliador (Reilly) y una realista radical (Winslet) se sientan a conversar. Sin poderse contener, la idealista da muestra de cuán elevados son sus modales y valores morales, instando a los demás a que la elogien sutilmente al respecto. La realista radical concede con una sonrisa el comportamiento megalómano de su compañera; y, mientras tanto, el irreverente conciliador no lo es tanto frente al cínico, que habla por su celular o con los demás con afán indiferente.

[Superficialmente] IMPARCIAL: «Una palabra que establece una intención clara y sin margen para malentendidos» (del cínico Waltz).

A primera vista, cuatro ciudadanos decentes (como el irreverente conciliador apuntó) que discuten tautológicamente acerca de una cuestión trivial que, por supuesto, bajo sus palabras adquiere dimensiones míticas. Porque, tanto para la idealista como para el irreverente y la realista, un acto de violencia es sólo el estímulo que les lleva a cuestionar no sólo los unos a los otros, sino a toda la humanidad. El cínico está allí, casi siempre con una sonrisa. Comenta las apreciaciones de sus compañeros de mesa con placentera serenidad y luego de uno que otro altibajo, logra descender a su nivel.

Ahora todos son iguales. Todos humanos, no ciudadanos decentes, ni amigos de Fonda. Ya no les importa estar colectivamente preocupados por el sufrimiento más allá de las puertas de esa casa.

«Sólo somos superficialmente imparciales. ¿Por qué deberíamos ser imparciales?» (de la idealista Foster).

¡Nada termina aquí! Exaltación, una tras otra. Gritos. Insultos. El insulto es una forma de violencia. Depende. La realista y la idealista muestran sus garras en el juego de poder. El cínico y el irreverente disfrutan del espectáculo. La mesa huele a vómito, pero no es este el quid de la cuestión. Ninguno de los cuatro puede decirse a sí mismo: «ego te absolvo».

[Continúo en «spoiler»...]
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sebastian Arena
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