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Voto de seagal4ever:
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Terror
El padre Lamont es el encargado de investigar la muerte del padre Merrin y la causa de la posesión diabólica de la joven Regan. Después de viajar a África para investigar otro caso de posesión demoníaca, regresa a Nueva York y se encuentra con que Regan está nuevamente poseida pero, en esta ocasión, por la máquina hipnótica del doctor Gene Tuskin. (FILMAFFINITY)
13 de septiembre de 2010
64 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a intentar explicar algo (aparentemente) inexplicable: "El exorcista: el hereje" me gusta. Sí, lo sé, parece una locura viendo el percal de la situación. Y, sin embargo, así es. Para intentar arrojar algo de luz sobre la cuestión, he aquí cuatro meros apuntes que, no por ser obvios, dejan de tener una cierta enjundia (o eso quiero creer):
1. "El exorcista" de Friedkin es superior a esta secuela.
Creo que todos (o casi todos) estamos de acuerdo con ello. No hay demasiado que añadir al respecto. "El exorcista" posee más ritmo, más tensión, mayor profundidad psicológica, imágenes inolvidables, interpretaciones antológicas... Sin más.
2. "El exorcista: el hereje" no es una película de terror.
Bien, gracias a este punto creo que podemos empezar a vislumbrar algunas cosas interesantes de cara a intentar racionalizar la tibia acogida por parte del público hacia este entrañable filme. Lo lógico para cualquier hijo de vecino era pensar que esta secuela de John Boorman iba a ser de terror, sobre todo teniendo en cuenta el filme que se toma como referencia. Yo mismo lo pensaba y, de hecho, iba predispuesto a ver una obra de terror. Pero no fue así. Y creo que aquí podemos encontrar el primero de los puntos de fricción entre el público y la película.
Al igual que pasó en "Zardoz" (otra de las emblemáticas películas de Boorman que más duramente han sido criticadas por el respetable), las expectativas no se cumplieron a nivel de géneros cinematográficos. No hay nada como que suceda eso para descolocar al pobre espectador. En "Zardoz" todos íbamos a ver una obra de fantasía, leve y superficial, y sin la mayor pretensión que la de entretener, pero nos encontramos con una obra de ciencia ficción absolutamente metafísica y conceptual que rompía los esquemas de cualquiera que no fuera muy por la labor de entrar en el juego. En este filme sucede lo mismo: todos íbamos a ver una película de terror, y no una cualquiera, sino nada menos que la continuación de una de las vacas sagradas del género.
Pero nos encontramos con que los niveles de terror son más bien nulos. Este filme está mucho más encuadrado dentro del género policíaco y de aventuras que del de terror. Y es así de claro. Creo que a mucha gente esto le rompió todos sus esquemas y se cerraron de lleno ante la propuesta, hecho que les impidió disfrutar de una original e interesante propuesta, a todas luces superior a lo que la tibia nota media indica. No es una obra maestra, pero lo que me parece discutible de veras es que no sean pocos los que la consideren como una de las peores películas de la historia (a esos pocos les recomiendo ver un poco más de cine).
3. El efecto "2001".
Otro de los puntos discordantes que encontramos en el filme se debe a este efecto que he denominado "2001", y que hace referencia directa a la obra homónima de Stanley Kubrick.
(Continúo sin spoilers por falta de espacio).
1. "El exorcista" de Friedkin es superior a esta secuela.
Creo que todos (o casi todos) estamos de acuerdo con ello. No hay demasiado que añadir al respecto. "El exorcista" posee más ritmo, más tensión, mayor profundidad psicológica, imágenes inolvidables, interpretaciones antológicas... Sin más.
2. "El exorcista: el hereje" no es una película de terror.
Bien, gracias a este punto creo que podemos empezar a vislumbrar algunas cosas interesantes de cara a intentar racionalizar la tibia acogida por parte del público hacia este entrañable filme. Lo lógico para cualquier hijo de vecino era pensar que esta secuela de John Boorman iba a ser de terror, sobre todo teniendo en cuenta el filme que se toma como referencia. Yo mismo lo pensaba y, de hecho, iba predispuesto a ver una obra de terror. Pero no fue así. Y creo que aquí podemos encontrar el primero de los puntos de fricción entre el público y la película.
Al igual que pasó en "Zardoz" (otra de las emblemáticas películas de Boorman que más duramente han sido criticadas por el respetable), las expectativas no se cumplieron a nivel de géneros cinematográficos. No hay nada como que suceda eso para descolocar al pobre espectador. En "Zardoz" todos íbamos a ver una obra de fantasía, leve y superficial, y sin la mayor pretensión que la de entretener, pero nos encontramos con una obra de ciencia ficción absolutamente metafísica y conceptual que rompía los esquemas de cualquiera que no fuera muy por la labor de entrar en el juego. En este filme sucede lo mismo: todos íbamos a ver una película de terror, y no una cualquiera, sino nada menos que la continuación de una de las vacas sagradas del género.
Pero nos encontramos con que los niveles de terror son más bien nulos. Este filme está mucho más encuadrado dentro del género policíaco y de aventuras que del de terror. Y es así de claro. Creo que a mucha gente esto le rompió todos sus esquemas y se cerraron de lleno ante la propuesta, hecho que les impidió disfrutar de una original e interesante propuesta, a todas luces superior a lo que la tibia nota media indica. No es una obra maestra, pero lo que me parece discutible de veras es que no sean pocos los que la consideren como una de las peores películas de la historia (a esos pocos les recomiendo ver un poco más de cine).
3. El efecto "2001".
Otro de los puntos discordantes que encontramos en el filme se debe a este efecto que he denominado "2001", y que hace referencia directa a la obra homónima de Stanley Kubrick.
(Continúo sin spoilers por falta de espacio).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Con ello sólo quiero indicar que cuando se hace una secuela de una obra maestra intemporal del cine, salvo en excepcionales ocasiones, el listón dejado por esa primera entrega es tan elevado que cualquier intento por acercarse si quiera a rozar su calidad termina indefectiblemente en fracaso.
Pero la cuestión, creo yo, no debiera ser comparar punto por punto uno y otro filme, de igual modo que no comparamos cada película que vemos con "El Padrino" o "2001". Si lo hiciéramos prácticamente cualquier filme sería basura. Y no es la cuestión.
Por ello, pienso, el hecho de comparar este filme con su primera entrega (algo totalmente lógico y respetable, por supuesto), hace perder de manera importante enteros a la película, más de los que perdería si no la consideráramos una secuela de una obra maestra, sino simplemente una obra unitaria. Es el mismo caso que sucede con "2010: Odisea dos", una secuela del clásico de Kubrick dirigida por Peter Hyams, muy estimable, pero que ha sido vilmente despreciada sin que apenas nadie valore sus virtudes (que las tiene).
4. John Boorman: el hereje.
Este hombre es uno de los cineastas más arriesgados y personales con los que el cine ha tenido que lidiar a lo largo de su historia. Su legión de fans sólo es equiparable a su ejército de detractores que, ante cualquier pequeño desliz, se abalanzan cual hienas sarnosas para hacer leña del árbol caído. Este filme es un ejemplo más.
Sinceramente, Boorman rodando con el piloto automático puesto (como sucede en esta película) es diez veces más personal y audaz que la mayoría de cineastas que se hacen llamar a sí mismos directores de cine. Su maestría es comparable a su riesgo y, como todos sabemos, mucha gente no acepta con demasiada indulgencia los excesos personales en el cine. Y en "El exorcista: el hereje", los excesos del caballero Boorman están a la hora del día: su particular visión de la naturaleza (tanto de la humana como de la del planeta), su peculiar uso metafórico de las imágenes y la música... Una serie de rasgos que incomodan a mucha gente y que, unido al resto de elementos discordantes, provocan una irrefrenable sensación de rechazo ante este filme.
En mi opinión, este exorcista de Boorman está bastante infravalorado. No digo estar en posesión de la verdad absoluta, pero quería dejar caer estas impresiones.
En lo referente estrictamente a la película, simplemente destacar la enorme banda sonora de Ennio Morricone (absolutamente fascinante), el curioso guión de William Goodhart (muy reivindicable), la siempre arriesgada imaginería visual de Boorman o la dura interpretación de Richard Burton. No es una obra cumbre del cine en ningún sentido, pero sí que se trata de una película que ofrece mucho más de lo que puede parecer a simple vista; eso sí, hay que intentar liberarse de algunos prejuicios al enfrentarse a ella o, cuanto menos, atenuarlos en cierta medida. Creo que merece la pena.
Pero la cuestión, creo yo, no debiera ser comparar punto por punto uno y otro filme, de igual modo que no comparamos cada película que vemos con "El Padrino" o "2001". Si lo hiciéramos prácticamente cualquier filme sería basura. Y no es la cuestión.
Por ello, pienso, el hecho de comparar este filme con su primera entrega (algo totalmente lógico y respetable, por supuesto), hace perder de manera importante enteros a la película, más de los que perdería si no la consideráramos una secuela de una obra maestra, sino simplemente una obra unitaria. Es el mismo caso que sucede con "2010: Odisea dos", una secuela del clásico de Kubrick dirigida por Peter Hyams, muy estimable, pero que ha sido vilmente despreciada sin que apenas nadie valore sus virtudes (que las tiene).
4. John Boorman: el hereje.
Este hombre es uno de los cineastas más arriesgados y personales con los que el cine ha tenido que lidiar a lo largo de su historia. Su legión de fans sólo es equiparable a su ejército de detractores que, ante cualquier pequeño desliz, se abalanzan cual hienas sarnosas para hacer leña del árbol caído. Este filme es un ejemplo más.
Sinceramente, Boorman rodando con el piloto automático puesto (como sucede en esta película) es diez veces más personal y audaz que la mayoría de cineastas que se hacen llamar a sí mismos directores de cine. Su maestría es comparable a su riesgo y, como todos sabemos, mucha gente no acepta con demasiada indulgencia los excesos personales en el cine. Y en "El exorcista: el hereje", los excesos del caballero Boorman están a la hora del día: su particular visión de la naturaleza (tanto de la humana como de la del planeta), su peculiar uso metafórico de las imágenes y la música... Una serie de rasgos que incomodan a mucha gente y que, unido al resto de elementos discordantes, provocan una irrefrenable sensación de rechazo ante este filme.
En mi opinión, este exorcista de Boorman está bastante infravalorado. No digo estar en posesión de la verdad absoluta, pero quería dejar caer estas impresiones.
En lo referente estrictamente a la película, simplemente destacar la enorme banda sonora de Ennio Morricone (absolutamente fascinante), el curioso guión de William Goodhart (muy reivindicable), la siempre arriesgada imaginería visual de Boorman o la dura interpretación de Richard Burton. No es una obra cumbre del cine en ningún sentido, pero sí que se trata de una película que ofrece mucho más de lo que puede parecer a simple vista; eso sí, hay que intentar liberarse de algunos prejuicios al enfrentarse a ella o, cuanto menos, atenuarlos en cierta medida. Creo que merece la pena.