Un fan del Spidey más comiquero de los 70 puede verse abrumado por la cantidad de cambios que nos trae esta versión. Un Peter adaptado a los nuevos tiempos, un interés romántico distinto, una tía May deseable, un Flash bully pero no guapo, un sidekick en la silla, una ayudanta cibernética, una MJ irreconobile... y, sin embargo, captura perfectamente la esencia del personaje, sin recurrir al tío Ben y a la responsabilidad. La película es un divertimento de verano, sin más, pero vaya divertimento. Te deja esperando una segunda parte con rascacielos, el Daily Bugle, las fotos, Mary Jane y un universo que se puede expandir hasta límites insospechados. Bienvenido sea este nuevo Spider-Man, adolescente, joven y descarado. OJO: para disfrutarla completamente hay que quedarse hasta el final.