Lo mismo que el joven personaje de Tree (Jessica Rothe) vive una y otra vez el día de su muerte, yo también tengo la sensación de que Harold Ramis abrió una puerta (la del déjà vu), además de a la genialidad, a la imitación sin vergüenza. Tiene gracia que aquí, al final, se haga una alusión a la fuente original que propicia todo esto: 'Atrapado en el tiempo'. Es como si Landon y Lobdell quisieran dejar claro que son los primeros en ser conscientes de la base de la que parten, antes de que nadie se lo pueda echar en cara. Lamentamos comunicarles que eso va a ser inevitable.
Por lo demás, el contexto de bucle permanente deja a su paso rastros sobrados de gracia que buscan, como el que no quiere la cosa, purgar a la 'chica fácil' y convertirla en la nuera perfecta, la actuación de su irreverente protagonista me la creo cien por cien y los vaivenes emocionales de su personaje pasan según las revelaciones que el nuevo día tenga a bien traer. Vamos, respecto a esto último, lo mismo que habría firmado el propio Phil Connors con el rostro de Bill Murray.
Esos retazos de puro slasher con la ironía como verdadera arma que transita por cada secuencia, algún buen as en la manga de obligado cumplimiento y una actriz que ella solita lleva todo el peso y le sobra, hacen que quede de conformidad ante la repetición declarada de uno de los grandes clásicos de la comedia contemporánea.