Pródiga en sugerencias para la reflexión esta película escrita y dirigida por Carlos Vermút que opta por un desarrollo trágico de la trama. El elenco netamente femenino incluye a Najwa Nimri, Eva Llorach, Carme Elías y Natalia de Molina para soportar con solvencia la carga argumental. Es grande la tentación para entrar a un análisis psicológico de las relaciones interpersonales de los personajes con sus figuras significativas, especialmente las madres. También se pone uno a pensar sobre la difícil y conflictiva dinámica de la construcción de una identidad personal suficientemente sólida y atractiva para asegurar su validación y reconocimiento social. Los riesgos de las relaciones de simetrización patológica que pueden llegar a poner la propia vida como apuesta para conservar el poder en una relación enfermiza y la autolisis como resolución de la culpa se añaden a este sombrío panorama. Sin embargo lo que hace grande a un personaje y a una película no es la pericia de la trama psicológica sino la resolución del nudo moral del argumento. Romper con la utilización de los seres humanos como medios para los propios fines de exaltación, dominio o posición para hacerlos fines en sí mismo de nuestros actos marca el punto de referencia ética de la obra aunque le pueda costar la vida a alguna. En fin, película densa y profunda que no dejará indiferentes a los espectadores.