En el capitulo "15.000.000 de méritos" nos muestran una prisión? escuela? empresa? (vaya uno a saber porque nunca lo explican) donde una horda de tíos sin la menor expresión pedalean durante horas en sus bicicletas fijas mientras miran programas de tele cutre. Nunca se nos dice quienes son, ni porque están allí ni si los jueces del programa de talentos que representa su oportunidad de ascenso son los dueños del lugar o si dependen de otros, si alguien los eligió o como llegaron a ser lo que son. El inexpresivo Kaluuya un buen día decide regalarle los 15.000.000 de créditos del título a una tía que vio una vez en su vida por dos minutos para que cumpla su sueño de cantante. Porque? Nadie lo explica. Es su cultura y hay que respetarla. Finalmente las cosas no salen como esperaban y la tía buenorra, luego de una vacilación de unos (5 minutos) decide formar parte de un canal porno con lo cual Kaluuya, un verdadero estajanovista del ciclismo fijo, vuelve en unos días a ganar los 15.000.000 de méritos que supuestamente eran muy difíciles de conseguir para volver a postular al programa de talentos y, suerte que tiene el tío, lo eligen a la primera cuando hay otros que llevan meses esperando que los elijan. Todo para qué? Para hacer un estúpido alegato sobre lo explotados que están (como si los otros no lo supieran) y terminar convirtiéndose en una especie de telepredicador suicida que consigue que el rebaño siga en paz. Mas allá de todas estas incoherencias, tanto la estética del lugar con pantallas y neón por todos lados, como el hecho de que la tía buenorra haga figuritas de papel que le regala a Kaluuya e incluso el propio concepto remiten directamente a Blade Runner.
El siguiente capítulo "Toda tu historia" plagia directamente la premisa argumental de Días Extraños, la película de 1995 de Kathryn Bigelow donde todos andan enganchados a unos discos que graban los recuerdos y experiencias y los almacenan. Mezcla eso con una historia de infidelidades y a la cancha. También aquí las reacciones de los personajes carecen de sentido. Si la esposa sabe que todas sus experiencias se graban, porque no borró las correspondientes a los encuentros con su amante. Si sabe que el marido sospecha, para que invitar al amante a una cena y reírle sus estúpidas bromas. Si el marido ya no siente nada por su mujer como lo demuestra el hecho de que para excitarse tenga que ver grabaciones de experiencias anteriores, por que se enoja cuando se entera de la infidelidad. Y lo más absurdo, si se saca el disco para no tener que seguir viendo la infidelidad de su esposa, eso no hace menos cornudo?
El siguiente capítulo "Vuelvo enseguida" mezcla la historia de "Ghost" con una vieja película de Berlanga de los `70 "Tamaño Natural" donde Michel Piccoli compartía su soledad con una muñeca inflable a la que alimentaba, bañaba y vestía. Tampoco aquí faltan las incoherencias. La protagonista intenta mantener vivo a su marido muerto hablando con él a través de una app y luego de un androide con sus mismas facciones. El problema es que cuando al marido estaba vivo era un patán que se la pasaba enganchado a su celular y ni le hablaba. Así que, cual es el sentido de mantenerlo vivo? Porque el guión lo dice.
Oso Blanco cuenta la historia de una tía que despierta sola en un cuarto y cuando sale a la calle es perseguida por una multitud enarbolando sus celulares cual zombis y alguien le explica que "Un pulso llegó a todos los celulares al mismo tiempo y dejó así a casi todos" (si igual que en Cell sobre la novela de Stephen King). Llega a una gasolinera y la persiguen unos personajes con bates de baseball, rifles de caza y machetes (igual que en La Purga) y el final es calcado de Running Man una vieja película de Schwarzenegger del `83.
El Momento Waldo vuelve a abrevar en Blade Runner y en el muñeco Gabo de Los Simpsons.
Finalmente el especial navideño copia Being John Malkovich y Click de Adam Sandler y usa la música de La Naranja Mecánica