Bueno, me estreno en esta maravillosa página con la última película que fui a ver al cine: el LEGADO de BOURNE.

Pues bien, ni legado ni Bourne. A pesar de la negativa de Damon a continuar con una saga que todos creíamos más que terminada (y con un muy buen final), no pudieron resistirse a una más en su afán de ganar dinero aunque sea a costa de desprestigiar con esta cuarta entrega la que es una de las trilogías de acción y espionaje más espectaculares que he visto.

La incógnita residía en cómo atraer al público al no haber Bourne y aquí es donde empieza la publicidad engañosa:
- El título ya resalta el primer timo, puesto que a Bourne se le nombra en cuatro ocasiones y no mantiene ningun papel determinante ni ningún tipo de relación con el relato, entonces ¿de qué legado me están hablando?; de hecho, te pegas toda la película con la inocente esperanza de que por favor apareciera Bourne de una vez por todas y le diera un sentido a la película.
- El tráiler te promete algo que en realidad no es con frases esperanzadoras como ''Siempre hubo más de uno'', ''Bourne solo era la punta del Iceberg'' o ''creíamos que estaban todos muertos'', que te hacen pensar en Bourne, en su programa y en una trama en torno a él.

En definitiva, el protagonista Aaron Cross no es mas que una carta sacada de la manga que no tiene base fundamentada en las tres entregas anteriores y cuya única innovación es unas pastillas que casi le conviernten en Hércules, un derroche de acción sin sentido en el que no te encuentras ni a tí mismo y que, aun a pesar de haber visto las películas anteriores el mismo día en el que pagas por este supuesto peliculón, no te enteras de la misa la media.