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Voto de Sines Crúpulos:
5
8,1
6.443
Drama
Dinamarca, 1623. En plena caza de brujas, Absalom, un viejo sacerdote, promete a una mujer condenada a muerte que salvará a su hija Anne de la hoguera si la joven accede a casarse con él. Según la ley, las descendientes de las brujas también deben arder en una pira. Meret, la anciana madre de Absalom, desaprueba desde el principio el matrimonio. Cuando Martin, el hijo de Absalom, regresa a casa para conocer a su madrastra, se enamorará ... [+]
21 de octubre de 2009
25 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
El más claro ejemplo de que las mujeres son malas. La película es extremadamente lenta, europea, tétrica y teatral, cual Marujita Díaz, pero en decente. Y todos son adjetivos calificativos, buenos o malos según los gustos de cada cual.
En algunas escenas, un reloj; en otras, unas campanas, te permiten acompañar las imágenes contando al ritmo los segundos que transcurren entre las palabras de un actor y la réplica del otro, haciéndote la vida larga. Si hablasen tapándose unos a otros, como en las series españolas para disimular su pésima labor interpretativa, el metraje no alcanzaría el medio rollo o el cuarto de hora escaso.
Eso sí, algunas imágenes son para enmarcar por lo macabro, a la par que dulce, de ver a una auténtica maruja caer de bruces a la paja en llamas. Es nuestro deber de adultos el instruir y avisar a los más peques, sobre todo adolescentes, de que mujeres sólo las hay de 2 tipos: brujas o marujas. Y las dos viven para hacernos mal. Y la culpa SIEMPRE es suya. Embaucan, seducen, convencen, engañan y abandonan, tal suele ser su algoritmo de destrucción. Y nosotros, miserables gargantas profundas, nos lo tragamos todo, porque somos torpes y nos ciega el miembro viril.
Así es.
Y no hay que darle más vueltas, porque así seguirá siendo.
En algunas escenas, un reloj; en otras, unas campanas, te permiten acompañar las imágenes contando al ritmo los segundos que transcurren entre las palabras de un actor y la réplica del otro, haciéndote la vida larga. Si hablasen tapándose unos a otros, como en las series españolas para disimular su pésima labor interpretativa, el metraje no alcanzaría el medio rollo o el cuarto de hora escaso.
Eso sí, algunas imágenes son para enmarcar por lo macabro, a la par que dulce, de ver a una auténtica maruja caer de bruces a la paja en llamas. Es nuestro deber de adultos el instruir y avisar a los más peques, sobre todo adolescentes, de que mujeres sólo las hay de 2 tipos: brujas o marujas. Y las dos viven para hacernos mal. Y la culpa SIEMPRE es suya. Embaucan, seducen, convencen, engañan y abandonan, tal suele ser su algoritmo de destrucción. Y nosotros, miserables gargantas profundas, nos lo tragamos todo, porque somos torpes y nos ciega el miembro viril.
Así es.
Y no hay que darle más vueltas, porque así seguirá siendo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Pues la peli comienza con la quema de una maruja, y termina con la quema de una bruja.
A ver: una señora que se tira a un sacerdote, nada más y nada menos, para no dar con sus huesos en la hoguera, y en cuanto se le presenta la ocasión se lía con el hijo de éste, y en consecuencia hijo suyo también, pervirtiéndole, no puede acabar en otro sitio que no sea una buena pira. En fin, dicen que es una alegoría de la ocupación nazi de Dinamarca, pero, señores, esas cosas ya no cuelan. Es una metáfora del pasado, el presente y el destino de los generos en la especie humana.
A ver: una señora que se tira a un sacerdote, nada más y nada menos, para no dar con sus huesos en la hoguera, y en cuanto se le presenta la ocasión se lía con el hijo de éste, y en consecuencia hijo suyo también, pervirtiéndole, no puede acabar en otro sitio que no sea una buena pira. En fin, dicen que es una alegoría de la ocupación nazi de Dinamarca, pero, señores, esas cosas ya no cuelan. Es una metáfora del pasado, el presente y el destino de los generos en la especie humana.