Ponyo en el acantilado (Miyazaki, 2008)
Es una versión de la sirenita entendida por un japonés. También es la vuelta de Ghibli a la animación tradicional, creando unas imágenes marinas oníricas entre acuarelas. Es un logro en si mismo, que se hable del Cámbrico, Devónico o los increíbles fósiles marinos que aparecen.
Y es una película que consigue tocarme en lo más profundo de mi corazón por una ternura de una pureza que pocas veces he visto.