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Voto de Lafuente Estefanía:
7
5,4
110
Western
Tom Craig (John Wayne) llega a Sacramento (California) con el fin de establecer allí una farmacia. Pero la ciudad está dominada por Britt Dawson (Albert Dekker), y muy pronto estallará la guerra entre ambos. (FILMAFFINITY)
17 de enero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con el récord de 142 papeles cinematográficos como protagonista, hemos tenido oportunidad de ver a John Wayne representando todo tipo de hombres de acción. Pues bien en este western interpreta a un farmacéutico que prefiere el mortero a la pistola. Por esta circunstancia, y también por cierta deformación profesional, vamos a dedicarle un poco más de atención aprovechando la zona spoiler.
Cuando por fin Tom Craig (Wayne) consigue abrir su farmacia (utiliza siempre este término en lugar de "botica"),
la oficina presenta un aspecto de lo más clásico, con largas estantería repletas de frascos de diversos colores donde se guardan los principios activos y excipientes para componer las fórmulas magistrales correspondientes. No se trata de un almacén de drogas, drug store, tan característicos de la farmacia anglosajona, tampoco de una farmacia a la moderna repleta de específicos fabricados industrialmente y ofertados masivamente con una publicidad agresiva. Nada de esto se aprecia en Pharmacy Craig's. Es una botica a la antigua, con su mostrador, balanzas, vitrinas y anaqueles llenos de frascos de todos los tamaños. Veremos a su propietario componer algún jarabe en el mostrador, seguramente para no usar la decoración de la rebotica, pero nos perdemos la oportunidad de verlo con la tradicional bata blanca que caracteriza la profesión. Una pena.
Independientemente del sabor farmacéutico de la cinta, queremos destacar la originalidad del argumento, lo mismo que el guion, dirección, ambientación e interpretación de los principales protagonistas, con un Wayne bastante alejado de lo que estamos acostumbrados a ver en sus westerns. Excelentes y concurridas escenas de saloon y de caravanas de mineros, con buenas canciones a cargo de Leipsy. Reconocemos, eso sí, cierta simpleza y sobreactuación en las escenas de la parte cómica. En cualquier caso una película muy recomendable.
Cuando por fin Tom Craig (Wayne) consigue abrir su farmacia (utiliza siempre este término en lugar de "botica"),
la oficina presenta un aspecto de lo más clásico, con largas estantería repletas de frascos de diversos colores donde se guardan los principios activos y excipientes para componer las fórmulas magistrales correspondientes. No se trata de un almacén de drogas, drug store, tan característicos de la farmacia anglosajona, tampoco de una farmacia a la moderna repleta de específicos fabricados industrialmente y ofertados masivamente con una publicidad agresiva. Nada de esto se aprecia en Pharmacy Craig's. Es una botica a la antigua, con su mostrador, balanzas, vitrinas y anaqueles llenos de frascos de todos los tamaños. Veremos a su propietario componer algún jarabe en el mostrador, seguramente para no usar la decoración de la rebotica, pero nos perdemos la oportunidad de verlo con la tradicional bata blanca que caracteriza la profesión. Una pena.
Independientemente del sabor farmacéutico de la cinta, queremos destacar la originalidad del argumento, lo mismo que el guion, dirección, ambientación e interpretación de los principales protagonistas, con un Wayne bastante alejado de lo que estamos acostumbrados a ver en sus westerns. Excelentes y concurridas escenas de saloon y de caravanas de mineros, con buenas canciones a cargo de Leipsy. Reconocemos, eso sí, cierta simpleza y sobreactuación en las escenas de la parte cómica. En cualquier caso una película muy recomendable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Comienza la obra en un saloon de San Francisco donde un atildado dandy, Tom Craig (Wayne), que acaba de llegar de Bostón ("a veces parece que llego de otra nación"), debe atender el dolor de muelas de un colérico vaquero al que todos temen y que acaba de romperle los dientes a su dentista, Key McKiber (Kennedy). Con tranquilidad Tom le invita a enjuagarse la boca con whisky ("no es para engullir"), abre su maletín y le hace inspirar el cloroformo que impregna un pañuelo. Después de dormirlo le aplica unos toques seguramente de algún anestésico local (¿lidocaína tal vez?) Admirado de la curación, cuando despierte Key se convertirá en inseparable amigo del boticario.
Hace entonces su presentación Tom como farmacéutico formado en Bostón expresando su deseo de abrir una farmacia en el Oeste. Allí mismo conoceremos también a la atractiva cantante Leipsy Miller (Barnes), novia del violento y malvado Britt Dawson (Dekker) que controla la ciudad de Sacramento. Y a esta ciudad marchan todos estos personajes en un barco a través del río Sacramento.
Difícil va a tener Tom encontrar un lugar donde abrir su oficina de farmacia pues Britt, celoso, prohíbe que le alquilen ningún local. Únicamente la atrevida Leipsy arrendará uno de su propiedad pero, eso sí, a cambio de formar una sociedad en la farmacia a partes iguales, cosa que nunca hubiera podido hacerse en España donde la propiedad de la oficina debe siempre recaer en el titular o titulares. A falta de médicos ¿en Sacramento?, en "Pharmacy Craig's" también se curan heridas y se prescriben todo tipo de medicinas.
Ni que decir tiene que la farmacia es todo un éxito que atrae también la atención de la sofisticada Helen (Parrish) que, fingiendo un desmayo, es atendida por Tom. Este, sin embargo, todo lo que tiene de buen profesional y de bondad natural, lo tiene de tonto a la hora de tratar con las mujeres. Ya se lo advierte la experimentada Leipsy pues Helen, bajo la apariencia de mosquita muerta, es una auténtica "víbora".
Ante "la enfermedad Dawson" de imponer su ley en la ciudad, se oponen las "medicinas de Craig" en defensa de los más pobres. El enfrentamiento entre ambos es inevitable. Concibe entonces Britt la malvada idea de alterar la composición de un modesto jarabe para la tos agregando una cantidad mortal de láudano (preparado opiáceo que debe usarse a dosis muy bajas). Muere un borrachín que había robado un botellín a falta de otra cosa para beber, y el pueblo entero acusa a Tom de homicidio y van a lincharlo. De nada valdrán sus quejas.
Milagrosamente llega a la ciudad en ese preciso instante la noticia del hallazgo de oro en la montaña, y allí dejan a Tom con la soga al cuello para marcharse todos en busca del preciado metal. Salva su vida, sí, pero la oficina de farmacia se cierra y él debe permanecer dos meses encarcelado por su responsabilidad.
Conocedora Leipsy de la responsabilidad de su novio en la trampa del jarabe, "Matar con veneno es de un mísero cobarde", abandona a su enamorado y marcha a cantar a los asentamientos mineros. Las pésimas condiciones higiénicas que allí se dan, originan una peligros epidemia de fiebres tifoideas donde el único médico que hay se muestra impotente ante el avance la enfermedad, sin recursos medicamentosos ni humanos. Leipsy se ofrece a ayudarle y reclama a Tom para que instale allí su farmacia. Como así sucede para beneficio de la salud de los mineros y para el reencuentro de los dos enamorados.
Hace entonces su presentación Tom como farmacéutico formado en Bostón expresando su deseo de abrir una farmacia en el Oeste. Allí mismo conoceremos también a la atractiva cantante Leipsy Miller (Barnes), novia del violento y malvado Britt Dawson (Dekker) que controla la ciudad de Sacramento. Y a esta ciudad marchan todos estos personajes en un barco a través del río Sacramento.
Difícil va a tener Tom encontrar un lugar donde abrir su oficina de farmacia pues Britt, celoso, prohíbe que le alquilen ningún local. Únicamente la atrevida Leipsy arrendará uno de su propiedad pero, eso sí, a cambio de formar una sociedad en la farmacia a partes iguales, cosa que nunca hubiera podido hacerse en España donde la propiedad de la oficina debe siempre recaer en el titular o titulares. A falta de médicos ¿en Sacramento?, en "Pharmacy Craig's" también se curan heridas y se prescriben todo tipo de medicinas.
Ni que decir tiene que la farmacia es todo un éxito que atrae también la atención de la sofisticada Helen (Parrish) que, fingiendo un desmayo, es atendida por Tom. Este, sin embargo, todo lo que tiene de buen profesional y de bondad natural, lo tiene de tonto a la hora de tratar con las mujeres. Ya se lo advierte la experimentada Leipsy pues Helen, bajo la apariencia de mosquita muerta, es una auténtica "víbora".
Ante "la enfermedad Dawson" de imponer su ley en la ciudad, se oponen las "medicinas de Craig" en defensa de los más pobres. El enfrentamiento entre ambos es inevitable. Concibe entonces Britt la malvada idea de alterar la composición de un modesto jarabe para la tos agregando una cantidad mortal de láudano (preparado opiáceo que debe usarse a dosis muy bajas). Muere un borrachín que había robado un botellín a falta de otra cosa para beber, y el pueblo entero acusa a Tom de homicidio y van a lincharlo. De nada valdrán sus quejas.
Milagrosamente llega a la ciudad en ese preciso instante la noticia del hallazgo de oro en la montaña, y allí dejan a Tom con la soga al cuello para marcharse todos en busca del preciado metal. Salva su vida, sí, pero la oficina de farmacia se cierra y él debe permanecer dos meses encarcelado por su responsabilidad.
Conocedora Leipsy de la responsabilidad de su novio en la trampa del jarabe, "Matar con veneno es de un mísero cobarde", abandona a su enamorado y marcha a cantar a los asentamientos mineros. Las pésimas condiciones higiénicas que allí se dan, originan una peligros epidemia de fiebres tifoideas donde el único médico que hay se muestra impotente ante el avance la enfermedad, sin recursos medicamentosos ni humanos. Leipsy se ofrece a ayudarle y reclama a Tom para que instale allí su farmacia. Como así sucede para beneficio de la salud de los mineros y para el reencuentro de los dos enamorados.