Después de haber estado siguiendo la serie desde la primera temporada, y ya llegando casi al final de la sexta, puedo decir sin temor a exagerar que es la mejor serie que he visto en mi vida.

Michael C. Hall ha sabido interpretar a la perfección el personaje, pero no sólo él merece halagos. El personaje de Debra y su propia evolución interior me parece algo digno de admirar. El reflejo de las miserias humanas , de las injusticias, de la corrupción dentro de las altas instituciones, de la decadencia interior, del sentimiento de pérdida, de las relaciones humanas, o del compañerismo está muy bien logrado. Por no hablar del tema religioso. Si algo he aprendido con esta serie es que nada es lo que parece.

Dexter sabe tocar temas peliagudos y hace una crítica magnífica.

Ha conseguido hacernos llorar, enternecernos, temblar de tensión... Y una cosa nos ha dejado clara: todos tenemos un pasajero oscuro.