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Voto de piensaencines:
9
Animación. Fantástico. Aventuras Han pasado cinco años desde que Hipo empezó a entrenar a su dragón, rompiendo la tradición vikinga de cazarlos. Astrid y el resto de la pandilla han conseguido difundir en la isla un nuevo deporte: las carreras de dragones. Mientras realizan una carrera, atraviesan los cielos llegando a territorios inhóspitos, donde nadie antes ha estado. Durante un viaje descubren una cueva cubierta de hielo que resulta ser el refugio de cientos de ... [+]
6 de agosto de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace ahora veinte años, el señor Spielberg , creído él de aquello de que el cine era su feudo, decidió que ya era hora de tomar el relevo al imperio Disney. Creó la DREAMWORKS. Se hizo con unos cuantos animadores de su "competidora". No sé cómo ni por qué, dictaminó que Disney estaba acabado y se autoproclamó nuevo rey de esto de los dibujos animados.

Pero la cosa no es tan sencilla. Ni Disney estaba en sus horas bajas, sino todo lo contrario, ni él aportó nada nuevo al mundo de la animación: ni en calidad, ni en técnica, ni en narración....absolutamente nada. Se limitó a intentar copiar al gigante e ir tras su estela, sin arriesgar ni hacer grandes apuestas.

En contadísimas ocasiones logró acercarse a la genialidad del maestro. Tan contadas que sólo podría nombrar 3: SHREK, CÓMO ENTRENAR A SU DRAGÓN y CÓMO ENTRENAR A SU DRAGÓN 2,,,bueno, y casi casi en TURBO.

Enseguida os contaré por qué lo consiguió con éstas y no con el resto.

Spielberg tomó todos los supuestos "defectos" que tradicional e injustamente se le achacaban a su "competidora" y los convirtió en marca de la casa.

-Tomó su sensibilidad y la convirtió en ñoñería y empalago insufribles.
-Tomó su asombrosa capacidad para sintetizar y la convirtió en situaciones y discursos interminables.
-Tomó su sencillez y la convirtió en simplicidad.
-Tomó su forma de convertir lo mágico, lo extraordinario en cotidiano y lo convirtió en ampulosidad, artificio y grandilocuencia...

En realidad, todos los handicaps que en cierta manera subyacían en el cine "made in spielberg", y que en imagen real podían pasar más desapercibidos, se llevan aquí al extremo. Quizás por esa absurda creencia de que la animación es sólo un producto para niños, y por esa cegata insistencia en tratarlos como sub-productos.

En definitiva, no sólo aprendieron muy poco del maestro, sino que además cometieron el error de creerse superiores a él. Eso sí, con la complicidad de un amplio sector de "cinéfilos" que aún creían que Disney no era más que una factoría de entretenimiento vacío para tiernos infantes sin discernimiento y que jalearon el nuevo capricho de Spielberg como si fuese la quintaesencia del cine.
Incautos.

Lo prometido: sólo en estas tres ocasiones (casi cuatro) el invento de Spielberg alcanzó la gloria. Y lo hizo porque siguió su propio camino; tuvo un discurso nuevo, o cuando menos, distinto.

-Con "Shrek" nos brindó una película casi impecable (aunque aún rondaba la sombra de Disney como diana de sus críticas y sarcasmos), y por fin entendieron que la animación no es un género, sino una técnica.

-Con "Cómo Entrenar a su Dragón" acertó de pleno en todo: en la historia, en el tratamiento de los personajes, en el tono, en el guión...consiguió una película "de valores" sin hundirse en el empalago. Creó una maquinaria que funcionaba como un reloj, capaz de atrapar a niños y adultos por igual. Con un universo visual propio y lleno de personalidad. Un sentido del humor con el punto justo de ironía y gamberrismo. Unos personajes con vida. Un ritmo perfecto....Posiblemente la mejor película de Dreamworks. Sin duda magnífica. Una sorpresa para todos, público y críticos, que esperaban y esperábamos muy poca cosa detrás de un título tan poco agraciado.

Eso sí, tuvieron que recurrir a dos directores provenientes de la factoría Disney, donde ya habían fabricado otra pequeña joya que era "Lilo y Stich". Hablo de Dean DeBlois, Chris Sanders .

Entre esta y la que nos ocupa, apareció "TURBO", una película "pequeña" nacida a la sombra de "CARS", a la que no se dio ni el apoyo ni la atención que merecía. Realmente es otra de las grandes de Dreamworks, o al menos una de esas curiosidades en que la película se crece y es capaz de sobreponerse a una historia sin atractivo ni grandes posibilidades. Quizás no esté a la altura de loas tres que he nombrado antes, pero desde luego sí está en el camino a seguir.

-Con "Cómo Entrenar a su Dragón 2", sigue el camino de lo que debe ser una buena secuela. Vale, que no está a la altura de la primera, ya lo sé, pero tampoco la desmerece en nada.

Deja la puerta abierta para una interesante franquicia, y sigue explotando todos los aciertos de la primera. Técnicamente alcanza unos niveles que no tienen que envidiar a nadie. Estéticamente es sorprendente, atrevida y llena de personalidad, con algún que otro guiño a los grandes de los cómics de fantasía de los setenta y los ochenta. Es entretenida, divertida, entrañable y sorprendente.

Desde ya me declaro admirador, fan y seguidor de este disparatado pueblo de pacifistas entrenadores de dragones.

Desde ya prometo que seguiré pagando por ver y por tener todas sus posteriores entregas si siguen por esta línea.

Eso sí, no podía irme sin ponerle algún "pero".
Supongo que en este caso la culpa de que no llegue al nivel de su predecesora es que el tandem de directores se ha quedado en uno solo, Dean DeBlois. Parece que éste es quien domina más la parte visual y el sentido del espectáculo, que en este caso han crecido por encima de la primera entrega (y el listón ya estaba muy alto).

La otra mitad,Chris Sanders, debía ser quien manejaba los tiempos, las situaciones, los diálogos...y posiblemente el freno a todos los handicaps inherentes a la productora de Spielberg...

Porque aquí si hay escenas alargadas innecesariamente, diálogos sin demasiada fuerza, algún atisbo de melodramatismo excesivo, búsqueda de lágrima fácil, algún que otro bandazo en el guión y en el ritmo de la narración, situaciones traídas por los pelos y personajes desaprovechados (uno de ellos con la voz ni más ni menos que de Kate Blanchet).

Ni siquiera todo ello nos distrae del magnífico espectáculo que transcurre frente a nuestros ojos.
Ni siquiera todo ello impide que esta película se convierta en una deslumbrante joya con alguna pequeña imperfección...
Pero, ¿acaso no son las pequeñas imperfecciones las que hacen más valiosas a ciertas joyas?
piensaencines
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