Como decía ayer: "tres semanas y tres películas buenas seguidas", hoy toca hablar de la segunda de ellas, aunque con un poco de retraso.

Érase una vez dos chulazos que vivían en pecado, en plan trío new age, con una pava harto buenorra, en una pedazo casa del copón y forrados gracias al cultivo de una marihuana superchupiguay que había desarrollado uno de ellos, que para eso era ingeniero. los malos malosos hijos de la chingada del cartel maloso de nosecuantos, se quieren hacer con su "patente" y como ellos se niegan, se arma la de Dios es Cristo.
Todo ello con el tono macarra propio del Oliver Stone de antaño, con un guión no especialmente sólido, pero muy entretenido, unas interpretaciones más que dignas, mogollón de sangre y escenas ultravioentas(aunque no tanto como en otras películas suyas, que para eso se hace mayor), una ambientación musical magistral, como nos tiene acostumbrados...y además entreteniéndonos y divirtiéndonos con su humor socarrón y un cinismo delicioso.

Recordemos que no estamos ante una reflexión profunda sobre la droga, ni sobre el mundo de la droga, ni sobre el sexo a tres, ni siquiera sobre la moralidad o no de conseguir dinero de una forma legal o ilegal. Estamos ante una película de acción sin pretensiones, y (gracias a dios) sin moralina de a duro el kilo. Quien busque algo más, saldrá decepcionado. Quien busque una obra maestra, saldrá decepcionado. Quien espere un JFK, un PLATOON o un WALL STREET, saldrá decepcionado.

A lo mejor es de agradecer que el señor Stone deje de ejercer de conciencia de Estados Unidos y nos regale entretenimientos dignos, como éste. Entretenimientos hechos por las manos (y la cabeza) de artesanos que se saben todos los trucos y que ya no tienen nada que demostrar, y sí mucho que enseñar a tanto"niñatorenovadorsalvadordelcine" que nos aburre hasta la saciedad.

Destacar sobre todo a una inmensa Salma Hayek, haciendo de mala malísima a la que se coge cariño desde su primera escena. Benicio del Toro haciendo de hijo de la grandísima chingada, sangriento y repugnante, y haciéndolo tan bien, que te crees que es así en la realidad. Travolta, en uno de esos papeles que hacen que en el fondo le queramos.
Mi consejo: disfrutadla sin pensar en quién es el director y sin esperar más que lo que estáis viendo, que no es poco. Y valorad que se le vaya tanto la pinza a veces.