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Voto de Jota García:
8
29 de abril de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existe la reciente costumbre de visitar las películas que protagoniza el intenso Javier Gutiérrez con el ánimo de ver su propio registro, por encima del resto de participantes. Así ha pasado con El autor o por poner quizás el mayor ejemplo, con La isla mínima. Si el nivel del film ya era muy alto, él conseguía atrapar la cámara de Alberto Rodríguez con una soltura endiablada. De brujo o de maestro.
Lo curioso de la película Campeones es que el motivo de verla pudiera parecer el mismo pero una vez que comienza, su perfil va eclipsándose con otros menos relevantes y más sorprendentes. Es ahí donde aparece tras la cámara la figura del también gigante Javier Fesser. Un director que parecía venir en broma y que ha sabido dar con la fórmula que atraiga a un público de todo tipo y de toda clase y que exista unanimidad para reconocer su valía como guionista y realizador hasta para los cinéfilos más feroces. Así lo hizo con la durísima Camino y ahora lo ha logrado con Campeones.
Lo curioso de la película Campeones es que el motivo de verla pudiera parecer el mismo pero una vez que comienza, su perfil va eclipsándose con otros menos relevantes y más sorprendentes. Es ahí donde aparece tras la cámara la figura del también gigante Javier Fesser. Un director que parecía venir en broma y que ha sabido dar con la fórmula que atraiga a un público de todo tipo y de toda clase y que exista unanimidad para reconocer su valía como guionista y realizador hasta para los cinéfilos más feroces. Así lo hizo con la durísima Camino y ahora lo ha logrado con Campeones.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Un entrenador de baloncesto segundón atraviesa un momento personal delicado, en el que su carácter altivo y egoísta le conduce a una multa de tráfico, nunca mejor conducida. O entrena a un equipo de baloncesto formado por discapacitados sin formación, financiación ni propio entrenador o le espera la cárcel. De esa manera, su personaje va asociándose con otros completamente desorientados pero ilusionados que irán contagiando sus emociones y rehabilitando su entusiasmo. Una comedia tan alta como sus marginados protagonistas, llena de sinceridad y optimismo a la que se le permite alguna licencia un tanto excesiva o inverosímil, sello inconfundible de Javier Fesser. Cine de verdad en broma, con personajes alocados pero con sentido y de situaciones surrealistas en medio de escenas imborrables. Apto para todo tipo de campeones, incluso cuando pierden.