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Voto de Isaac Paskual:
5
Comedia. Drama David Wozniak (Vince Vaughn) es un hombre de pocas ambiciones cuya vacía existencia da un vuelco cuando, en el peor momento de su vida, descubre que es padre nada menos que de 533 hijos, fruto de las donaciones de esperma que realizó más de veinte años atrás. Por si fuera poco, 142 de ellos quieren conocerle. Remake que Ken Scott dirige de su película 'Starbuck' (2011). (FILMAFFINITY)
19 de octubre de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
“¡Menudo fenómeno!” es una comedia agradable y bienintencionada que, por desgracia para ella, posee ciertos lastres que la condenarán eternamente al limbo de las comedias agradables y bienintencionadas.
“¡Menudo fenómeno!” es el remake de la película canadiense “Starbuck” (Ken Scott, 2011); o sea, que podemos decir que Ken Scott se remakea a sí mismo. La cinta goza de un punto de partida estimulante que desgraciadamente solo sirve como excusa para terminar derivando por caminos demasiado transitados. Un hombre que tiempo atrás hizo donaciones de esperma a una clínica, la cual lo uso sin su conocimiento con el resultado de que veinte años después le salen 533 hijos, de los cuales 142 quieren conocer su verdadera identidad. Hasta aquí pinta bien, pero una vez superamos el primer acto la historia empieza a perder estímulos igual que un cuarentón pierde pelo, hasta convertirse en una comedia tan convencional como olvidable. A esa trama principal le empiezan a surgir subtramas dominadas por la desidia y el costumbrismo, que ni mucho menos dan lo que prometía el film en un principio.
Otro sitio donde se le ven las costuras a “¡Menudo fenómeno!” es en su director. Ken Scott debuta en Hollywood con una cinta en la que muestra unas formas toscas y rudimentarias, sobretodo en lo narrativo, las cuales transmiten sensación de inseguridad al espectador. Y todo ello, unido a una más que evidente falta de personalidad, hace que el film se quede en el limbo ese del que antes les hablaba. Ken Scott pretende que te rías y que te emociones, y al final de lo primero poco y de lo segundo nada en absoluto. Ya se sabe que, quien mucho abarca...
Uno de los pocos atractivos de la película es comprobar el antes y el después de uno de sus secundarios, Chris Pratt. Su actuación aquí sirve para comprender mejor que le tuvo que ocurrir a este tipo para dar el salto de secundario robaescenas, a protagonista catódico, y todo ello en tan relativo poco tiempo. En “¡Menudo fenómeno!” es de esos secundarios que terminan interesando mucho más que el protagonista, lo que no deja en muy buen lugar al segundo.
En definitiva, “¡Menudo fenómeno!” ni pasará a la historia, ni hará que nos quedemos con el nombre de su director; se ve fácil y agradablemente, y se olvida de la misma forma.
Isaac Paskual
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