Entre 2005 y 2006 varios cineastas patrios de la talla de Paco Plaza, Jaume Balagueró, Enrique Urbizu, Mateo Gil, o el que ahora nos ocupa Álex de la Iglesia, rodaron una serie de cinco tv movies bajo el sello 'Películas para no dormir'. Todo como homenaje a las míticas 'Historias para no dormir' de Narciso Ibáñez Serrador. Una selección que apadrinó el propio Chicho, y que esconde joyitas como "La habitación del niño" capaces de soltarse de sus amarres de simple tv movie. Una cinta que, bajo su apariencia de historia de casas encantadas y espectros errantes oculta un eficaz y jugoso fondo de armario, con la paradoja de Schödinger como timón, que guía un festival de: psicofonias, dopplegängers y realidades alternativas. Todo ello como metáfora de esa espiral de locura que puede conllevar lograr el quimérico sueño español, además de como clara precursora de la "Voces" (2020) de Ángel Gómez Hernández, solo que esta vez con el gran Sancho Gracia haciendo las veces de inesperado medium justo cuando Rodolfo Sancho —su hijo— necesitó de uno en la de 2020 interpretado por un Ramón Barea también presente en esta de Álex de la Iglesia.
Toda la ambición argumental que demuestra "La habitación del niño" bien habría merecido una película en condiciones, y no una escueta tv movie de escasos setenta y pocos minutos. Formato que puede acabar sabiendo a poco.
Cabe destacar también que "La habitación del niño" siempre será uno de esos raros casos dentro de la filmografía de Álex de la Iglesia en los que el bilbaíno se salió de sus cánones más habituales, y para bien. No como en la posterior "Los crímenes de Oxford" (2008), que fue para mal. Otro motivo que aúpa el producto.
En definitiva, "La habitación del niño" era de las pocas cosas que me quedaban por ver de Álex de la Iglesia, y la verdad es que, a partir de ahora, le guardaré gran cariño.