Spike Lee vuelve por sus fueros para retozar plácidamente en ese fango que tan cachondo le pone de la problemática racial en EEUU, con la salvedad de que esta vez lo hace en clave de comedia negra. “Infiltrado en el KKKlan” remueve y atiza desde la acidez justamente ahora que eso, por desgracia, habita entre parpadeantes luces rojas.
“Infiltrado en el KKKlan”, basada en el libro autobiográfico escrito por el propio Ron Stallworth, nos narra la infiltración de un policía de color en el Ku Klux Klan a principios de la década de los setenta. Ya de buenas a primeras la historia resulta lo suficientemente chocante y rocambolesca como para entregar un gran placer al acérrimo del género y enganchar lo suficiente al ateo. Y a ello se pone Spike Lee en un film que ofrece momentos verdaderamente lúcidos fruto de un guion muy inteligente.
Yo soy un fiel declarado de la comedia negra, quienes me leéis de sobras lo sabéis, y aun habiendo disfrutado bastante “Infiltrado en el KKKlan” he de admitir que la cinta ha distado bastante de resultarme redonda, fruto principalmente de dos fuertes losas. La primera, Spike Lee ha sido tan poco sutil en la transmisión del mensaje como lo seria un peón de la construcción lanzando piropos a diestro y siniestro. Y no solo ya en el mensaje principal, sino también en las varias ramificaciones que pueden abrirse a raíz de él. La segunda, el constante déficit de ritmo. El cineasta de Georgia se centra tanto en el mensaje que olvida por completo hacer resultón el contenedor de ese mensaje. Spike Lee se recrea demasiado, hay escenas que las estira yo creo que innecesariamente, derivando en que “Infiltrado en el KKKlan” avance a trompicones. Esos dos lastres me han entorpecido bastante durante las dos horas largas de metraje empañando el producto. También he de admitir que el prólogo del film me ha resultado un gag interesante pero desprendiendo aroma a pez fuera del agua, y el epílogo es la perfecta guinda al pastel de la nula sutileza.
Interpretativamente hay un buen trabajo de todo el reparto. John David Washington está muy bien, siendo además de sus primeros papeles protagonistas, el cual se complementa a la perfección con un solvente Adam Driver. Laura Harrier también me ha gustado, aunque en su caso no era difícil destacar ya que es uno de los dos únicos personajes femeninos que habitan la historia resultando muy fácil quedarse con ella. Y mención especial merece un Topher Grace que me pasé toda la cinta buscando y no fui capaz de encontrar fruto de lo bien que se esconde bajo su personaje.
En resumidas cuentas, no negaré que “Infiltrado en el KKKlan” me ha terminado resultando algo inferior a lo que esperaba, lo que tampoco le evita ser una buena película.