Si con "La joven del agua" M. Night Shyamalan caminó por el filo de la navaja sin cortarse, con "El incidente" hizo lo mismo pero saliendo herido. Cierto que a fuerza de revisionados le voy cogiendo más aprecio que aquella nefasta primera vez, e incluso tiendo a quedarme con las virtudes y a olvidar los defectos. Pero es la peor obra del Shyamalan que a todos nos gusta, y esa etiqueta creo que jamás le desaparecerá.
La premisa de "El incidente" no está mal. Una especie de apocalipsis Z a lo George A. Romero en clave M. Night Shyamalan, y con moraleja ecologista. Y todo ello con el cineasta rehuyendo nuevamente esa zona de confort que tan poco le gusta. Pero mientras en "La joven del agua" este salía airoso de gran parte de las decisiones arriesgadas que pudiera tomar, aquí sale escaldado. Y es que "El incidente" bordea lo delirante en demasiados momentos. Sí, Mark Wahlberg habla con una planta de plástico. No se si eso es lo que entiende Shyamalan por humor, pero no funciona.
Luego también hay que reconocer que, a nivel de guion, "El incidente" tiene agujeros serios. Por ejemplo, la historia sucede en veinticuatro horas, más o menos. Un tiempo en el que la sociedad norteamericana se conoce al dedillo al incorpóreo enemigo. Sabe cómo actúa, como esquivarlo, la sintomatología en el ser humano, etc. ¡Veinticuatro horas! Shyamalan, tío. ¡¿De verdad?! Esta época de pandemia que vivimos ha dejado más al descubierto aún el cartón de esta película.
En fin, todo lo anterior es tan cierto como que me perdería en los ojos de Zooey Deschanel.