Drama romántico que al margen de exponer una historia con clichés bastante vistos (marido déspota, mujer falta de cariño y pretendiente humilde y con corazón), nos ofrece una reflexión sobre el trato a los animales que se esconde detrás de los espectáculos circenses. Ahora bien, llama especialmente la atención lo bien que se porta el elefante en sus escenas y especialmente en las que se pone nervioso. Los detractores de Pattinson por lo menos podrán disfrutar de contemplar el trabajo del animal, aunque (por cierto) no nos quede claro si sufrió en el rodaje.

Los fans de la saga Crepúsculo disfrutarán de ver a uno de sus ídolos en un contexto distinto pero no muy alejado del romanticismo. Pattinson se siente como pez en el agua, puesto que es ese tipo de papeles que le encajan bien. No así su compañera que le cuesta expresar los sentimientos. Waltz, por el contrario, resulta ser más eficaz como villano y su carácter de machista, maltratador y tirano se expone con acierto sin caer en lo grotesco (más propio de telenovelas).

Por lo demás, escenarios bien cuidados y buena fotografía que adornan una película que no emociona demasiado pero que se deja ver de manera bastante aceptable, a lo largo del desarrollo de una historia predecible pero exenta de incoherencias.