Como gran fan de la serie del agente secreto más patoso y divertido de la historia, Maxwell Smart, no pude dejar de ver esta película que se estrenó tres años después de la muerte del gran Don Adams.

La elección de Steve Carell en su papel pienso que es muy acertada, no ya porque físicamente guarda cierto parecido sino porque es capaz de imitar muy bien al original. Otra cosa muy distinta son el resto de personajes que no están a la altura. Anne Hathaway de compañera está muy buena, sí, pero el rol que ejerce es absolutamente distinto a la agente 99 de siempre. La que conocimos era inocentona y no tenía demasiada iniciativa, pero no por ello dejaba de tener un encanto especial. La actual, al lado del hilarante Carell, viene a ser el contrapunto serio y que choca con la personalidad del protagonista. Tampoco me convence el nuevo jefe, aunque se nota que a ratos intenta recordar a Edward Platt.

En cuanto a la historia, se desarrolla una investigación en plan James Bond con alguna que otra escena disparatada. Pero no aburre en absoluto. Como pequeños guiños a la serie nos encontramos con los inventos de armas camufladas, el zapatófono o los conos del silencio, siendo esta última una de las escenas más desternillantes de toda la serie. Pero se echan en falta escenas en la casa del agente con las típicas trampas chungas. Y del mismo modo los combates, pues pese a ser un chapuzas el Superagente 86 era un experto en defensa personal.

En resumen, como película cómica la considero interesante y que merece la pena ver. Pero los más puristas seremos los que iremos reduciendo la puntuación dependiendo de la distancia de nuestro aprecio a la serie y la existencia de elementos ajenos a la misma en esta obra cinematográfica.