Es mala hasta decir basta, por culpa de un guión caótico y lleno de escenas que no aportan nada y que en muchas fases aburren y los noventa minutos se hacen demasiado largos. Los personajes malvados no están lo suficientemente aprovechados y eso sin contar las interpretaciones que son en general de pena. Hasta Viyuela se contagia de la atonía general. El Neng no lo hace mal, pero uno le cogió cariño a Benito Pocino. Y Emilio Gavira como Rompetechos no está tan gracioso como en la anterior parte, pese a que desaparecen las innecesarias connotaciones políticas.

La excusa de esta película fue el 50 aniversario de los personajes y la verdad es que mayor fiasco ha sido complicado de hacer. Y es lo que suele pasar con las adaptaciones que, sorprendentemente, hacen una primera parte aceptable o incluso buena (a mí sí me gustó la de Fesser en contraste con las críticas) pero luego van a por la segunda tras el éxito y fabrican una mierda como un piano.Y este es el caso.

Sin embargo, lo único bueno es que tiene algo que la anterior de Fesser no supo aplicar: guiños continuos a los tebeos (Chapeau el Esmirriau, El señor Todoquisque, Concurso-oposición, El caso del bacalao, Magín el mago...) e incluso a gags clásicos como Mortadelo lanzando una moneda para despistar a un matón. Eso es lo único que me hace darle 2 puntos a esta aberración.