La película parece que tiene dos partes bien definidas, el presente y el pasado de la protagonista. En un momento de la trama, nos trasladaremos a la vida de la polaca Sophie para conocer cuáles fueron las causas de su situación actual. Con tomas largas, asimilándolas a una obra teatral, Pakula nos va a mostrar un triángulo de relaciones, un triángulo inestable y cambiante motivado por el carácter de uno de los tres vértices. Pakula, a quien ya habíamos visto en la intrigante "Klute" se recrea (a veces en exceso) en los sentimientos de una magistral Meryl Streep que tiene en esta película una de sus mejores interpretaciones. De hecho, se llevó su segundo Óscar de su carrera por esta cinta.
Las interpretaciones de los otros dos protagonistas son correctas (a mí me gusta más la del escritor), pero no se lucen lo que podrían. De hecho, ni Kline ni MacNicol han realizado después una gran carrera cinematográfica a pesar de la juventud que gozaban cuando se estreno La decisión de Sophie.
La ambientación está muy cuidada, tanto en las escenas de norteamérica como en la de los campos de concentración. Pakula nos vuelve a meter en otras épocas, y lo hace con acierto. La música, que para mí pasó desapercibida, estuvo nominada también al Óscar, aunque no pudo acercarse a la ganadora: E.T. El Extraterrestre (un rival imposible de batir). Por último comentar que no hemos podido disfrutar de la fotografía de Nestor Almendros como sí lo hicimos, y mucho, dos años antes con su inolvidable "El lago azul", una bellísima cinta con unas imágenes de naturaleza que jamás olvidaremos.