Si bien no sigue la línea de los videojuegos, crea su propia trama aparte.
Con por ahora dos capítulos recuerda bastante a la premisa que presenta Mandalorian, un guerrero imbatible e insensible que por azares de la vida se ve acompañado por alguien que le conecta un poco con sus sentimientos, los cuales le pondrán en ciertos aprietos a la hora de tomar decisiones que antes serían más fáciles.
La serie no te abruma con el lore de Halo en demasía, te suelta pequeñas hints de lo que es su universo, la facciones que lo conforma y la guerra que hay, lo cual es de agradecer.
Si bien el guión y los personajes de primeras son bastante arquetipicos, son bastante funcionales dentro del contexto de la serie y en el segundo capítulo te los terminas de creer. Esto junto a unos efectos que si bien no son de cine, funcionan bien en pantalla hacen que Halo sea una serie disfrutable, que si bien a esperas de que termine, parece que no trascenderá pero que seguramente cree su público.