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Voto de Daverunner:
7
Comedia. Drama En los años 70 triunfaba Eddy Merckx, y después estaban todos los demás. Entre estos últimos se encontraba Ghislain Lambert. Esta es la historia de la vida de un pequeño corredor belga con la única ambición de convertirse en campeón, y con la desgracia de tener unas piernas mucho menos fuertes que su propio corazón. (FILMAFFINITY)
19 de julio de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El ciclismo es una actividad que ha proporcionado una gran cantidad de historias en las que la épica, la heroicidad y superación conviven con el escándalo y la persecución policial. Un deporte de luces y sombras injustamente tratado por la opinión pública y que, a pesar de ello, cuenta con millones de seguidores en todo el mundo. Año tras año, desde febrero hasta octubre, son muchísimos los aficionados que se dan cita frente al televisor o en la cuneta de cualquier carretera para animar a los valientes que devoran kilómetros con el fin de lograr su objetivo. No únicamente a aquellos que logran cruzar la meta con los brazos en alto y se llevan la gloria del podium -champagne y besos de azafatas incluidos- sino también a esos corredores anónimos o menos conocidos, los gregarios, que tanta importancia suponen en las victorias de sus líderes.

La bici de Ghislain Lambert, película franco-belga estrenada en el año 2001 se centra en uno de esos coéquipiers, Ghislain Lambert -Benoît Poelvoorde (Tímidos anónimos, Nada que declarar)-, un modesto corredor que ansiaba disputar carreras junto a ídolos como el gran Eddy Merckx. Con más corazón y tenacidad que capacidad en las piernas, logró enrolarse en un equipo profesional en el que conoció todas las caras de su profesión: la dedicación y trabajo en equipo en pos de la victoria del líder, el dopaje, la presión del patrocinador, las salidas nocturnas y como evitar el control del director...

El tono desenfadado y simpático que desprende la obra no es un obstáculo a la hora de hablar del lado oscuro del ciclismo: el doping. Un lastre que siempre siembra el tono de sospecha en este noble deporte, pero que no es ajeno a otras especialidades. La diferencia está en el doble rasero o la doble vara de medir de la opinión pública, crucificando a los ciclistas que han caído en algún control y a la vez justificando o poniendo en duda el positivo de personalidades que practican otras especialidades mayoritarias dentro del gran público, como pueden ser el fútbol o baloncesto.

Le vélo de Ghislain Lambert es una de las mejores películas, junto a El relevo -Peter Yates, 1979- y Bienvenidos a Belleville -Sylvain Chomet, 2003- de una disciplina popular que arrastra a miles de aficionados y que año tras año despierta pasiones. Un título muy recomendable en especial en estas fechas en las que el país galo, con el Tour de Francia, se convierte en la capital del mundo del deporte.

Más sobre esta y otras películas en el blog: argoderse.blogspot.com.es
Daverunner
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