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Voto de Daverunner:
10
Drama Suecia, mediados del siglo XIV. La Peste Negra asola Europa. Tras diez años de inútiles combates en las Cruzadas, el caballero sueco Antonius Blovk y su leal escudero regresan de Tierra Santa. Blovk es un hombre atormentado y lleno de dudas. En el camino se encuentra con la Muerte que lo reclama. Entonces él le propone jugar una partida de ajedrez, con la esperanza de obtener de Ella respuestas a las grandes cuestiones de la vida: la ... [+]
23 de abril de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el año 1957, el director sueco Ingmar Bergman llevaba 11 años de carrera cinematográfica y 16 títulos en su haber, algunos de ellos muy notables -Un verano con Mónica o Sonrisas de una noche de verano son claros ejemplos-. Sin embargo, no es hasta esa fecha en la que realiza sus dos obras más conocidas y emblemáticas: El Séptimo sello y Fresas Salvajes, rodadas con 10 meses de separación.

En El séptimo sello, el cineasta escandinavo nos cuenta la historia de Antonius Block (Max Von Sydow), que tras regresar a su país natal tras diez años combatiendo en las Cruzadas se encuentra con que la muerte (Bengt Ekerot) ha venido a buscarle. Es entonces cuando él le propone jugar una partida de ajedrez con el objetivo de conseguir tiempo para contestar a dos preguntas que le atormentan: la vida tras la muerte y la existencia de Dios.

Bergman nos regala con esta película una obra cargada de filosofía, teología y preguntas existenciales, con mucha potencia visual e imágenes realmente duras, que reflejaban la situación del viejo continente en el oscuro siglo XIV, una Europa previa al Renacimiento y asolada por la peste negra. Para ello contó con dos de sus actores fetiches, el propio Von Sydow y Gunnar Björnstrand que encarna al escudero del protagonista; y con su musa, la bella Bibi Andersson .

La religión siempre ha sido un tema presente en la carrera del director sueco. Su padre, un pastor luterano, impregnó la educación de sus hijos de conceptos como el perdón, el pecado, el castigo, la misericordia y Dios. Cuando Ingmar creció, intentó alejarse de dicha formación con el objetivo de encontrar su propia identidad personal y espiritual, pero está era lo suficientemente fuerte como para olvidarla.

De esta forma y fiel a su estilo, las referencias religiosas son numerosas a lo largo de la película. De entre todas las escenas, destaca la secuencia del cara a cara de Antonius Block con la muerte por primera vez. Sabiendo próximo su final, Block repite las palabras que Jesús de Nazaret dijo a sus discípulos en el Monte de los Olivos: "aunque el espiritu está disponible, la carne es débil".
Otra de las escenas más famosas del filme, en la que el protagonista confiesa a la muerte sus dudas sobre la existencia de Dios y su angustia por no tener la posibilidad de saber y tener que conformarse con creer, está cargada de gran simbolismo religioso. En este sentido, las alusiones al libro del Apocalipsis también están presentes, no solamente en el título de la obra, sino también en la estrella Ajenjo, que amargará las aguas de todo el planeta.

El realizador escandinavo también tuvo en cuenta la pintura del artista alemán Alberto Durero. Concretamente, El Caballero, la Muerte y el Diablo. A este último se hace referencia en varios momentos de la trama a través de la actriz sueca Maud Hansson, que interpreta a una joven acusada de brujería y sentenciada a muerte por tener trato con Satanás.

El Séptimo Sello puede parecer una película pesimista, con un trasfondo oscuro -esa Europa asolada por la peste se presta a ello-. Ciertamente lo es, pero también hay lugar para la esperanza, con un final en cierto sentido optimista y que sirve de colofón para culminar una verdadera obra maestra.

Más sobre estas y otras películas en el blog: argoderse.blogspot.com.es
Daverunner
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