Historia interesante, estética preciosa, actores espectaculares y…música aburrida. Así es Nine, la nueva película de Bob Marshall, que vuelve a intentar arrasar con la misma fórmula que con Chicago, pero esta vez no lo consigue. Cae demasiado en films tradicionales de este género como Cantando bajo la lluvia o Un Americano en París, con números musicales excesivamente largos, canciones homogéneas y letras muy flojas (“My Husband makes movies”).
Eso sí, si vemos la película como una obra dramática con interludios musicales, entonces nos encontramos con un film encantador. Un protagonista perfecto rodeado de actrices que encajan al dedillo en su papel y una fotografía grandiosa que vuelve a traerte el neorrealismo italiano (cabe destacar la escena de Nicole Kidman por las callejuelas).
Por lo tanto, la película te deja un poco a medias, puesto que el musical es un fracaso, sucediendo lo peor que puede suceder con este tipo de films, aburrirte, pero por lo demás te deja con buen sabor de boca.