Otro acercamiento más a la figura del detective creado por sir Arthur Conan Doyle y llevado a la gran pantalla por el gran Billy Wilder que lo que hace en esta ocasión es intensificar las manías del Holmes, sus filias y sus fobias, así como sus adicciones, sin compasión alguna, lo que hace más humano.

En verdad, hay tanto material sobre el detective de Bakerstreet que ya da para varias tesis doctorales, por lo cual no sé con total seguridad si habrá algún antecedente de este tratamiento tan personal del personaje, pero me atrevería a decir, aun a riesgo de equivocarme con casi total seguridad, de que el Holmes de Guy Ritchie y los de las series de TV deben mucho a este acercamiento.

Divertida, amena y no carente de intriga y misterio y sin olvidar el punto de vista desmitificador del guion caracterizan a un film con el que pasarás un buen rato, a pesar de que el director rehusó de ella, pero es un gran film, aunque algunos digan que, en un buen puñado de escenas, el cineasta no es que le rinda un gran homenaje, que digamos.