Ya he comentado en alguna ocasión con motivo de otras comentarios (si alguien los ha leído) que últimamente se está usando la ciencia ficción para traernos historias originales o intentar contarnos el fin del mundo de una forma más personal. Esta película la podríamos enmarcar dentro de esa tendencia.
En efecto, se trata de un film original, sobre todo en lo que se refiere a la forma. La existencia de dos mundos paralelos dentro de una misma dimensión en la que uno es el privilegiado y el otro es un submundo que sobrevive como puede. La originalidad reside en que en un mundo se vive bocarriba y en el otro bocabajo, lo que da pie a los mejores momentos del film. Entre ambos mundos sólo hay una relación estrictamente profesional, es decir, los unos explotan a los otros hasta que una pareja de enamorados intentará sobreponerse a esa situación. La idea puede estar bien pero la pena es que se trata de una buena idea alargada en demasía y luego terminada bruscamente.
A lo mejor hubiera valido para un cortometraje o incluso para un videoclip porque el estilo visual es bastante potente, no se puede negar, pero como película al final decepciona bastante. Una vez salvada la extrañeza de la premisa del film que roza lo ridículo de tan original que quiere llegar a ser, la película va por derroteros equivocados. Como película romántica, la historia de amor que se complica* luego se resuelve de la noche a la mañana y termina bastante abruptamente ** y como reflexión o metáfora del mundo actual es demasiado infantil, sin profundizar en ningún momento en las diferencias entre poderosos y pobres y cómo unos se aprovechan de los otros y, al igual que el resto de la película, sabe bastante a poco.
En definitiva, una gran idea con un desarrollo no tan bueno. Ahora sí, la fotografía es preciosa y al menos pretende ser original.