"El Hobbit: La Desolación de Smaug", dirigida por Peter Jackson, es la segunda entrega de la trilogía que adapta la obra de J.R.R. Tolkien y sigue las aventuras de Bilbo Bolsón (Martin Freeman), Thorin Escudo de Roble (Richard Armitage) y la Compañía de Enanos mientras continúan su peligroso viaje hacia la Montaña Solitaria.

Visualmente, la película es un logro asombroso. La Tierra Media cobra vida con una riqueza de detalles, desde los majestuosos paisajes hasta las criaturas fantásticas. El director de fotografía, Andrew Lesnie, y el equipo de diseño de producción crean un mundo que es inmersivo y deslumbrante en su belleza.

Uno de los puntos destacados de esta película es la presentación de Smaug (con la voz de Benedict Cumberbatch). El dragón es impresionante en su diseño y su representación en pantalla. Su diálogo con Bilbo es un momento particularmente tenso y memorable.

Las escenas de acción son abundantes y emocionantes. Desde el escape de los héroes de los túneles de las arañas gigantes hasta la épica persecución en barriles por el río, la película mantiene un ritmo trepidante. La secuencia dentro de la Montaña Solitaria, donde Bilbo se encuentra con Smaug, es particularmente intensa y bien ejecutada.

El elenco hace un trabajo sólido en sus respectivos roles. Martin Freeman continúa siendo un encantador Bilbo, y la adición de personajes como Bard el Arquero (interpretado por Luke Evans) y Thranduil (interpretado por Lee Pace) enriquece la historia.

Sin embargo, algunos críticos han señalado que la película puede sentirse un poco larga y que, en comparación con la trilogía original de "El Señor de los Anillos", carece de la misma profundidad emocional y temática. Algunos puristas de Tolkien también han expresado su descontento con los cambios y adiciones en la trama.

A pesar de estos puntos de crítica, "La Desolación de Smaug" sigue siendo una experiencia cinematográfica impresionante. Ofrece una dosis abundante de acción y aventura en un mundo mágico y es una continuación sólida de la historia de Bilbo Bolsón.

En resumen, "El Hobbit: La Desolación de Smaug" es una película que brilla en términos de su presentación visual y sus emocionantes secuencias de acción. Aunque puede no igualar el impacto emocional de la trilogía original de "El Señor de los Anillos", sigue siendo un capítulo emocionante en la historia de la Tierra Media.

Nota: 8/10