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Voto de fermillo:
8
6,6
5.701
Drama
Jerez de la Frontera, 2012. Rocío, una madre soltera y sin trabajo, no recibe ningún tipo de ayuda ni subsidio. Vive con a su hijo de ocho años en un piso cuyo alquiler no paga desde hace meses, de modo que el dueño la amenaza continuamente con echarla a la calle. Para hacer frente a los gastos de manutención y alquiler, realiza trabajos ocasionales mal pagados y vende en el top manta objetos encontrados. (FILMAFFINITY)
11 de abril de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Techo y comida es una película que no necesita un principio, nudo y desenlace al uso para desgarrar por completo al espectador y que consigue volcar grandes cantidades de verdad en sus escenas. Una dosis de cine social para callar las voces hipócritas, narrando en primera persona los duros obstáculos que supone la crisis que tan duro pego en esos años en España y que seguramente aun debe seguir golpeando a muchas familias españolas.
‘Techo y comida’ consigue, por momentos, transformar su trama en un auténtico documental, labor que no sería posible sin la magnífica interpretación de Natalia de Molina, que inspira empatía, pena y ternura en cada una de sus frases y escenas. Sería a su vez injusto no destacar la colaboración del joven actor Jaime López, que aporta una naturalidad esencial para el correcto desarrollo del guion.
Y es ese sobrio realismo de la cinta lo que hace que la misma brille por su crudeza y cercanía. Su director logra relatar momentos de alegría y euforia combinados con la más absoluta miseria y desesperación, enganchando al espectador y haciendo que sea partícipe de esta historia que, en cierto modo, a todos nos toca más o menos de cerca.
Se trata, por tanto, de un filme sin adornos ni dramatismos innecesarios, que consigue llegar por sí mismo, por su propio argumento y por la excelencia en la interpretación de sus personajes. Un proyecto necesario que da voz a las miles de historias reales de familias españolas que, día tras día, deben enfrentarse a esta triste pero cierta realidad.
‘Techo y comida’ consigue, por momentos, transformar su trama en un auténtico documental, labor que no sería posible sin la magnífica interpretación de Natalia de Molina, que inspira empatía, pena y ternura en cada una de sus frases y escenas. Sería a su vez injusto no destacar la colaboración del joven actor Jaime López, que aporta una naturalidad esencial para el correcto desarrollo del guion.
Y es ese sobrio realismo de la cinta lo que hace que la misma brille por su crudeza y cercanía. Su director logra relatar momentos de alegría y euforia combinados con la más absoluta miseria y desesperación, enganchando al espectador y haciendo que sea partícipe de esta historia que, en cierto modo, a todos nos toca más o menos de cerca.
Se trata, por tanto, de un filme sin adornos ni dramatismos innecesarios, que consigue llegar por sí mismo, por su propio argumento y por la excelencia en la interpretación de sus personajes. Un proyecto necesario que da voz a las miles de historias reales de familias españolas que, día tras día, deben enfrentarse a esta triste pero cierta realidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La escena en la que Rocío y su hijo Adrian lloran abrazados en la plaza por tener que dejar, a la mañana siguiente, el dpto. en el que viven y de fondo vemos a muchas personas festejando la Eurocopa 2012 ganada por España es el contraste perfecto de cómo la sociedad muchas veces busca tapar sus frustraciones diarias con algo que los llene de felicidad aunque sea por un momento, por un día, por una noche, aunque la realidad se venga abajo. Esa escena es, sin dudas, la mejor del film y un claro retrato del “pan y circo” de nuestra sociedad.