En ésta segunda entrega, nuestro querido protagonista se verá en una encrucijada a la hora de elegir quién debe ser, pues una vida con ambas personalidades no parece una buena elección. Y es que si decide seguir siendo Spiderman, sus seres queridos estarán en peligro continuamente debido a los enemigos que siempre tiene, a la vez de que olvida por completo los deberes que tiene su yo real, Peter Parker, como cuidar de su Tia May, o estar al lado de su verdadero amor Mary Jane. Por otro lado, si elige seguir con su vida normal no podrá ayudar cuando se le necesite y subirá la violencia en la ciudad. Difícil elección.

Ésta secuela creo que es incluso mejor que la primera, pues tiene lo que la anterior y más. También tiene un villano muy villano, solo que metido en el cuerpo de un hombre con corazón puro, interpretado por un magistral Alfred Molina. Las escenas de acción son aún mejores que las de la primera entrega, y por supuesto seguimos con el bellísimo romante entre Peter Parker / Spiderman y Mary Jane. Un romance en horas bajas por momentos debido a la apretada agenda de Spidi.