Enfocando exclusivamente la historia, es buena y conmovedora. Ahora bien, casi todos los personajes me provocan cuanto menos, cierta repulsión, sobretodo la chica protagonista. Siempre que vemos a alguien enfermo terminal tendemos a sentir a hacia esa persona cierta pena. Pero ella, creyéndose la dueña del mundo porque sabe que va a morir, le falta el respeto a todo quisqui porque odia dar pena. No contenta con ello, echa pestes hacia su padre porque éste es sobreprotector con ella. Pero ¿tú qué quieres, niñata? Es tu padre, todo padre debe ser protector con sus hijos, más aún si tienen cáncer. Y vas tú, creyéndote que puedes decir y hacer a tu antojo lo que te plazca porque la vas a palmar. Esa es otra, como le queda poco, quiere cometer algunos delitos antes de morirse, y todo en vez de aprovechar los momentos que le quedan con las personas que le quieren, muy sensata.

Y luego está la inútil de la madre que no sabe hacer nada y que parece importarle una mierda lo que le ocurra a su hija, dioss vaya imbécil. Y también queda el hermano pequeño, que solo le interesa si irán de vacaciones cuando su hermana no esté. Los únicos que se salvan son el padre y el novio, los únicos normales y razonables.