12 hombres, una sala, y calor, mucha calor. Estos 12 hombres pertenecen a un jurado popular, y entre todos deberán decidir si el acusado es inocente o no. En principio parece cosa casi hecha ya que existen diversas pruebas y testimonios esclarecedores, además ya en la primera votación solo hay uno que no está del todo seguro de que el acusado sea culpable. Pero parece tener opiniones bastante coherentes que hacen dudar a más de uno, ésto parece que no será tan rápido como estaba previsto.

Una película realmente impresionante, y mira que a priori parece sencillita, meter a 12 hombres debatiendo sobre un tema, y toda la cinta en la misma sala. Pero eso sí, con un guión y una dirección para enmarcar. Y es que no es tan sencillo decidir si un hombre es culpable o inocente, sobretodo si de esa decisión depende su vida. Por muchas pruebas que existan, siempre hay posibilidades de rebatirlas, de que realmente no sean lo que parecen. Siempre hay que buscar la manera de rebatir esas pruebas, y entonces, y solo entonces, si no se consigue, quizás sea culpable. Pero para ello hay que estar plenamente convencido. Todo ésto es una prueba más de que eso del jurado popular no es muy convincente precisamente, pues puede haber de todo. Siempre están los cabezones que ni siquiera razonan y solo miran el aspecto del acusado o solo tienen en cuenta la zona donde viven o sus antecedentes. Y por supuesto los que están deseando salir cuanto antes porque tienen cosas "mucho más importantes" que hacer. Son cosas que también hay que tener en mente, pero en su debida proporción, pues hay cosas mucho más importantes: el móvil, las pruebas, testimonios, coartadas...Pero todo hay que corroborarlo minuciosamente, como si la vida de un ser querido estuviera en juego.