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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
3
Drama Lee Chandler (Casey Affleck) es un solitario encargado de mantenimiento de edificios de Boston que se ve obligado a regresar a su pequeño pueblo natal tras enterarse de que su hermano Joe ha fallecido. Allí se encuentra con su sobrino de 16 años, del que tendrá que hacerse cargo. De pronto, Lee se verá obligado a enfrentarse a un pasado trágico que le llevó a separarse de su esposa Randi (Michelle Williams) y de la comunidad en la que nació y creció. (FILMAFFINITY) [+]
4 de febrero de 2017
56 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que en los Oscars se amplió a diez el número de candidatas que podían competir en el apartado de mejor película del año, la propia industria americana apuesta, astutamente, por toda clase de géneros y producciones, donde dan cabida desde “blockbusters” a ese cine independiente que no conviene dejar marginado, un cine de menor repercusión en taquilla pero, en la mayoría de los casos, es infinitamente más respetable, desde el punto de vista cinematográfico, que muchos de los éxitos de taquilla. Lo que pasa es que, sin comparar títulos, este año han decidido darle el espaldarazo a dos del cine “indi” relegando al olvido a otros que sí lo merecían. Junto a Barry Jenkins por “Moonlight”, que aún no hemos visto, le han otorgado seis nominaciones al film de Kenneth Lonergan, que ya contaba con muchos admiradores del cine profesional junto a críticos de prestigio. Su “Manchester frente al mar”, opta a mejor película, director, actor principal, actriz y actor secundarios además de mejor guión original, que según las apuestas, sería el único Oscar que fijo se podría llevar. Todo esto sirva como dato significativo, pero que en absoluto a mí me ha condicionado. Es más, creo que esta oleada de admiración, al menos en este caso, es desorbitada y totalmente injustificada.

Los principales problemas de “Manchester frente al mar” es que muy pretenciosa, pero a niveles exagerados, con fallos casi de principiante, además de ser extremadamente gélida. Su guión está narrado astutamente a base “flash backs”, bien dosificados, pero el único motivo es que si estuviera contando en orden cronológico sería de esos guiones que tendrían menos interés a la hora de ponerlos en imágenes y Lonergan sería acusado de ser un advenedizo, más que del mundo desgarrado de Lars Von Trier, del melodrama de Douglas Sirk, pero sin su encanto, colorido ni su fuerza. A nivel de guión leído supongo que llegaría más que visionándolo, donde la música utilizada juega a mi juicio en contra total. Sirva de ejemplo la concatenación de escenas donde suena el Adagio de Albinoni, concepto de un recién graduado con ínfulas. Su terrible drama en ningún momento nos afecta, más bien nos aburre, lleva a la desidia, con unos personajes en lo que no encuentro empatía en ningún caso, ni los entiendo ni me interesan. Se ha pretendido plasmar un trozo de “realidad” y ha quedado un film frío, que no analítico, dirigido de una manera irrelevante en su conjunto, aunque tenga alguna que otra escena suelta salvable.

El capítulo de los actores es quizás el más respetable, con un buen trabajo de Cassey Affleck pero con un personaje como el de Lee que no ofrece ni avances ni tampoco es poliédrico. El resto se ve que pone su talento, como Michelle Williams, pero a pesar de su nominación nos deja la sensación de estar desaprovechada y ya el hecho de nominar a Lucas Hedges nos parece pasarse del todo. Comentar la breve e interesante aportación de Grechten Mol y el llamativo parecido, sobre todo de perfil, que con el tiempo inesperadamente ha adquirido Matthew Broderick con Boris Izaguirre.

Sus contados fallos de racords son casi imperceptibles, pero los hay. La fotografía como su montaje, meramente sirven al relato, pero sin arroparlo, quizás porque la intención de su director se lo ha impedido, esa intención de realizar un drama descarnado y desnudo, cosa que no ha logrado, por más que haya sido apoyado, como hemos dicho anteriormente, desde varios flancos, por gente que no son cabezas huecas, incluyendo el que entre sus productores se encuentre Matt Damon. Tenía todos los condimentos, pero en este caso, y lo siento de veras, he tenido la sensación de tiempo perdido. No tenían motivo para ejercer labor reflexiva o educativa, pero para colmo no he aprendido nada porque nada me han contado.
Maggie Smee
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