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9
8,4
129.086
Drama
Basada en hechos reales, describe el mundo del crimen organizado en Cidade de Deus, un suburbio de Río de Janeiro, desde finales de los sesenta hasta principios de los ochenta, época durante la cual el tráfico de drogas y la violencia impusieron su ley en las favelas. A finales de los sesenta, Buscapé, un niño de 11 años tímido y sensible, observa a los niños duros de su barrio, sus robos, sus peleas, sus enfrentamientos diarios con la ... [+]
15 de febrero de 2009
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué se puede decir de Ciudad de Dios? Desde luego, no se puede decir absolutamente nada objetivo, ya que esta película cala tan hondo que has de hacer una crítica hablando desde el corazón, olvidando por un momento tu mente y centrándote en ese músculo del tamaño de un puño que se pasa los 130 minutos que dura el film encogido. Encogido porque este drama te toca la fibra más sensible que poseemos, sin caer en ser algo sensiblón y que apele directamente a la lágrima fácil. ¿Una película violenta, desgarradora? Sí, desde luego. ¿Qué película que tratase sobre el crimen organizado en las favelas de Brasil no lo sería?.
Una obra cinematográfica realmente cruda, porque nos enfrenta a una realidad que parece tan lejana, tan distante de nuestro egocéntrico y reducido mundo, que no podemos (más bien, no deseamos) creer que esté basada en hechos reales, que niños reciban disparos como en Europa reciben caramelos, que con doce y trece años, no siendo todavía adolescentes, se hayan jugado la vida cientos de veces, corriendo por las calles de Ciudad de Dios con una pistola en la mano, perseguidos por hombres sin escrúpulos para los que la vida no vale absolutamente nada, dónde morir o no morir se convierte en algo puramente casual, donde basta con estar en el lugar equivocado en el momento equivocado para que llegue tu fin. La vida se convierte en una mercancía más, totalmente devaluada.
Una obra cinematográfica realmente cruda, porque nos enfrenta a una realidad que parece tan lejana, tan distante de nuestro egocéntrico y reducido mundo, que no podemos (más bien, no deseamos) creer que esté basada en hechos reales, que niños reciban disparos como en Europa reciben caramelos, que con doce y trece años, no siendo todavía adolescentes, se hayan jugado la vida cientos de veces, corriendo por las calles de Ciudad de Dios con una pistola en la mano, perseguidos por hombres sin escrúpulos para los que la vida no vale absolutamente nada, dónde morir o no morir se convierte en algo puramente casual, donde basta con estar en el lugar equivocado en el momento equivocado para que llegue tu fin. La vida se convierte en una mercancía más, totalmente devaluada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El film cuenta con un montaje espectacular, un ritmo vertiginoso que te lleva a la velocidad de la luz a través de la vida del protagonista, Buscapé, y te enseña como el chico intenta escapar de aquel infierno, con la esperanza de lograr convertirse en fotógrafo, a pesar de las circunstancias adversas que lo rodean. Es imposible no identificarse con este chico, que nos habla desde una voz en off con sentimiento, con toda la inocencia que se puede conservar en este lugar rodeado de crímenes, donde la única ley que impera es la ley del más fuerte.
Imposible también olvidarse de Ze Pequeño, de Manu Galinha, de la panda de niños que acaba quedándose con el control de la favela.
Además el director utiliza continuamente flashbacks para no dejar libre ni un solo eslabón de la perfecta cadena que forma esta película, donde cada detalle, por nimio que parezca, tiene algo que contarnos.
Desde luego, hay que meterse dentro de Ciudad de Dios, adentrándose en los suburbios de Brasil y dejarse llevar sumergiéndose en sus ritmos brasileños que acompañan al film en los momentos oportunos. Terminarás de verla con una sensación en el estómago de pena, de impotencia y de mala conciencia, pero también con los ojos y la mente más abierta. Con la sensación de que no puedes negar por más tiempo la evidencia de que el mundo no está bien.
Una película imprescindible.
Imposible también olvidarse de Ze Pequeño, de Manu Galinha, de la panda de niños que acaba quedándose con el control de la favela.
Además el director utiliza continuamente flashbacks para no dejar libre ni un solo eslabón de la perfecta cadena que forma esta película, donde cada detalle, por nimio que parezca, tiene algo que contarnos.
Desde luego, hay que meterse dentro de Ciudad de Dios, adentrándose en los suburbios de Brasil y dejarse llevar sumergiéndose en sus ritmos brasileños que acompañan al film en los momentos oportunos. Terminarás de verla con una sensación en el estómago de pena, de impotencia y de mala conciencia, pero también con los ojos y la mente más abierta. Con la sensación de que no puedes negar por más tiempo la evidencia de que el mundo no está bien.
Una película imprescindible.