Comparando la primera y la segunda película de la saga, la primera tiene un punto a favor que es que dota de mayor realismo y, por tanto, de vulnerabilidad al personaje. Esto no sucede en su secuela, que muestra un Batman prácticamente invencible.

Sin embargo, la segunda tiene una tremenda fortaleza que son los enemigos del hombre murciélago: frente a unos insípidos malhechores en la primera, los enemigos del Caballero Oscuro son excepcionales (evidentemente hablo de Heath Ledger y su legendario papel de Joker, pero también de Aaron Eckhart y su interpretación de Dos Caras). Por tanto, pese a que no me convenza la evolución de Batman (prefiero los personajes que muestran sus fragilidades como el Bond de Daniel Craig, por ejemplo) en conjunto esta segunda parte me parece una mejor película.

Respecto al guion y ritmo de la película, me parece interesante su estructura: presentación + nudo + desenlace… + nudo + desenlace, es decir, cuando todo parece acabado y Joker en la cárcel… ¡Boom! ¡Vuelve a arrancar!

A parte de los enemigos, guion, montaje… Evidentemente, la fotografía, iluminación y estética creada por Nolan, consigue plasmar la oscuridad del personaje y recrear la corrupción y suciedad (en el más amplio sentido) de Gottham. Y por último, destacaría los efectos de sonido y, por supuesto, los visuales.