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Voto de antonio lopez herraiz:
6
Drama. Intriga Lila Cassen (Najwa Nimri) era la cantante española con más éxito de los noventa hasta que desapareció misteriosamente de un día para otro. Diez años después, Lila prepara su triunfal vuelta a los escenarios pero, poco antes de la esperada fecha, pierde la memoria al sufrir un accidente. Violeta (Eva Llorach) vive dominada por su conflictiva hija Marta (Natalia de Molina). Cada noche escapa de su realidad haciendo lo único que la hace ... [+]
26 de octubre de 2018
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al cabo de sólo tres películas, puede decirse que un rasgo distintivo en la filmografía de Carlos Vermut es su pretensión -llevada a buen puerto, por cierto- de conjugar en un mismo espacio la factura visual del anime y el cine asiático contemporáneo, incluso cuando, tal y como sucede aquí, tenemos que esperar a que de carpetazo a su relato para descubrirle en su lado más salvaje y truculento; y frente a eso, su pausada exposición narrativa y la visceralidad con que sus personajes femeninos desatan sus emociones partiendo del dolor más íntimo. Son, éstas ultimas, dos cualidades indisolublemente adscritas al lenguaje dramatúrgico del cine clásico norteamericano, y de igual manera, es imposible asistir a ese rifirrafe continuo de admiración y rivalidad entre Lila Cassen (Najwa Nimri) y Violeta (Eva Llorach) sin recordar a Norma Desmond y Joe Gillis, Jane y Blanche Hudson, Petra Von Kant y Karine, Boris Lermontov y Victoria Paige, y por qué no, Katherine Kenton y Hazie Coogan en 'Al desnudo' (Chuck Palahniuk, Ed. Mondadori) -si bien, ese símil encaja mejor con el papel desempeñado por Carme Elías-. Separar a Carlos Vermut de sus ambiciosas referencias (y aspiraciones) se antoja tan complicado como tratar de avistar, en el cine europeo reciente, otros ejemplos afines de transgresión y modernidad camuflados bajo la grandilocuencia formal del melodrama clásico. Que Carlos Vermut haya bautizado a sus dos criaturas -Lila y Violeta- con tan poca sutileza, o el halo artificioso de divismo orquestado alrededor de una estrella del pop, son simplemente retazos de irrealidad utilizados para coronar un imponente monumento a la cultura kitsch, la soledad y el precio de la fama.
antonio lopez herraiz
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