Neal Israel, Pat Proft, Jerry Paris, Hugh Wilson -o sea, los padres fundadores de 'las locas academias de Policía'; Steven Brill, Dennis Dugan, Frank Coraci -miembros vitalicios en la Adam Sandler's Appreciation Society-; Jim Abrahams, Jerry y David Zucker -aka la factoría ZAZ-; Matthew Robbins o, pertenecientes a generaciones aún más añejas, piezas arqueológicas de John Hugues, Howard Deutch, Michael Gottlieb, Penelope Spheeries, Brian LeVant, Daniel Petrie, Richard Benjamin, Ivan Reitman, Chris Columbus... etc. Sería difícil de creer que tanto Tina Fey como Robert Carlock -artífices del éxito de 'Rockefeller Plaza' y 'Unbreakable Kimmy Schmidt- no sean conscientes de la influencia recibida por directores y guionistas a los que considero oportuno no dejar en el tintero (de paso ocupo más líneas, para que este texto parezca un análisis detallado, exhaustivo y currado) y que tienen un denominador común: el chiste inagotable, surrealista y desacomplejadamente tonto adobado con una pizca de slapstick y la obligatoria nota romántica -tan en serio como podamos tomárnosla si la aporta un entrañablemente pánfilo Daniel Radcliffe- para demostrar que, por lo general, la comedia familiar y las 'spoof movies' funcionan mejor juntas que por separado.
Para quienes ya conocierais a la fauna del universo televisivo de Kimmy Schmidt -y que precede al largometraje ¡interactivo! que probablemente sólo verán sus fans- no necesitaréis que os presente a Kimmy (Ellie Kemper), Titus Andromedon (Idem Burgess), Jacqueline (Jane Krakowski), Lillian (Carol Kane), Jan la mochila parlante (Stephanie D'Abruzzo), Cheryl la robot (Elise Mestichelli) o el pérfido reverendo Richard (Jon Hamm). Al reparto habitual se acoplan Fred Armisen y Johnny Knoxville, que saben perfectamente dónde se meten. En cualquier caso, recomiendo encarecidamente tomarse esto como el juego interactivo que es y no como un episodio propiamente dicho.