¿Es factible que en la pantalla, al igual que sobre el papel, Spiderman ronde los cuarenta tacos? ¿O que se pase media película vestido con pantalón de chándal? Por supuesto que lo es. Y más si le acompañan un Spiderman afrolatino, dos chicas araña, un Spiderjamón que se columpia entre rascacielos como sus homólogos humanos, e incluso un Spiderman en B/N con trazas de detective noir -que en V.O. tiene la voz de Nicolas Cage-. Con el anárquico pretexto de los universos paralelos todo fue posible hasta hoy en los comics, y ahora puede serlo también en el cine si andan por medio los productores (¿y directores en la sombra?) Phil Lord y Chris Miller, esos freaks entrañables a los que LucasFilm y Disney cerraron el grifo por querer filmar 'Han Solo' (2018, Ron Howard) como les diera la gana, que antes se habían hecho un hueco en la industria creando una subfranquicia basada en los juguetes Lego, y que tiempo atrás tuvieron el cuajo de debutar con una majadería de culto a la que osaron titular 'Lluvia de Albóndigas'. Y sí, 2018 será recordado como el año en que Sony le dió gato por liebre a Disney, justo cuando nadie daba un duro por las licencias que todavía podía usar con sus personajes, y se sacó de la manga dos tontadas arácnidas que hicieron gracia al público. Si hasta hoy las mejores adaptaciones del trepamuros que conocíamos llegaban de la animación televisiva -los 90 fueron tan fructíferos para Spidey como para Batman, admitámoslo-, la tradición sigue viva con una saga que habrá de convivir junto a la de carne y hueso.
'Spiderman: Un nuevo universo' es animación en 2D. Es animación en 3D. Es un cómic con viñetas en movimiento. Es todo eso y mucho más. Es el bautizo de fuego para nuestr@s amig@s y vecin@s Peter Parker, Miles Morales, Gwen Stacy, Peter Porker, Peni Parker y Spiderman Noir. Y los que están por venir, claro... ¿Alguien ha dicho Miguel O'Hara?