Son caníbales. Son humanoides. Son ululantes. Y además son ¿demoníacos? O sea, que como monstruos están sobrecualificados para un trabajo de psychokiller convencional y, a falta de chambas, les toca malvivir en las cloacas de New York. Como las tortugas ninja, vamos, compartiendo orígenes a partir de las mutaciones provocadas por los desechos tóxicos vertidos al subsuelo de la ciudad, pero con motivaciones opuestas a la defensa del ciudadano de a pie. Ellos son los malos, y le han cogido dentera los vagabundos a los que están liquidando sistemáticamente.
La horna del zapato mutante son el futuro bandido mojado y cowboy de ciudad Daniel Stern como un filántropo de barrio que dirige un comedor apodado "el reverendo", John Heard haciendo de fotógrafo bohemio que retrata a mendigos cuando no curra en publicidad a regañadientes o se mete a cazabichos subterrámeos, y un poli sabueso con la jeta del tipo que hacía de padre de Casper Van Dien en 'Starship Troopers', Christopher Curry. La batalla de parias está servida en bandeja de scifi low cost, splatter y horror suburbano entre terroríficos ojos mutantes que brillan en las tripas de las alcantarillas.
Poca broma con la atmósfera humeante -New York, noche y alcantarillas... es lo que hay- y un espectacular climax con asedio a una hamburguesería que no está a la zaga del hostigamiento final al licántropo en 'Un hombre lobo americano en Londres' (1981, John Landis). Y a propósito de eso, John Goodman, en una fase temprana de su carrera, consigue un papelito de fanfarrón con placa que quiere hamburguesas y acaba convertido en una. Ya tendría oportunidades mejores para darse a conocer.
Con la New World de Roger Corman a los mandos del percal no es para menos en lo que toca a combinar sangre, gritos, infrahumanidad a cascoporro y un barato... es decir, desenfadado sentido de la diversión.
Me pregunto si George Orwell predijo también que 1984 le proporcionaría tanto combustible perenne a la cinefilia fantástica más golosa.
El padre de Kevin McCallister y Marv "wet bandit" Merchants contra los monstruos de las alcantarillas. No es menos surrealista que lo de Ferris Bueller y Godofredo de Miramonte persiguiendo a Godzilla.