Vamos, que entre los F/X haciéndolo literalmente, y ellas, a través de un salvaje, creepy y anárquico ejercicio de liberación insólita para el divismo cómico y malvado (que no era el más habitual en ninguna de ellas) Goldie Hawn y Meryl Streep pelean como gatas en una jarana de destripamientos (entiéndase en el sentido que se prefiera) y retorcidos giros (lo mismo) azuzadas por la pornobruja Isabella Rossellini sacando partido tóxico -y mágico- de la obsesión enfermiza con la que dos arpías emplean como saco de golpes a un Bruce Willis al que los años transcurridos entre un rol calzonazos y el siguiente jamás le hicieron perder el pulso al registro que contribuyó a cimentarle en su oficio desde el principio.
Y ya que menciono a Rossellini... ojo al parche con el vestuario con el que recibe a sus invitados en esa guarida custodiada por tarzanes chulazos semidesnudos. Y con lo de parche me refiero estrictamente a los que cubren unas zonas específicas de su torso: es sencillamente irresistible.
El culto al cuerpo, el miedo a envejecer (más que a la muerte, porque eso aquí como que resbala) transformados en un espectáculo sádico y salvajemente divertido que, aunque lo parezca por momentos, no dirigieron George Miller, Danny DeVito ni Joe Dante sino un inspiradamente gamberro Robert Zemeckis quitándose su particular muerto de encima, el de ser su siguiente película tras haber pegado el carpetazo a la trilogía de 'Regreso al Futuro'.
Una divertida salvajada que no desencajaría como una de las aportaciones de Zemeckis para 'Tales from the Crypt', y donde, de rebote, la estrella y director de 'Memorias de África' se reencontraban, sólo que teniéndolos a los dos delante de la cámara con el Dr. Sidney Pollack pasando consulta a una Meryl Streep reinventada en réplica zombi de Norma Desmond.
Para recuperarla ya. Y por cierto, yo tampoco he sido jamás capaz de imaginar a Willis en esta película con el doblaje de Ramón Langa exclamando "¡córcholis!" o "¡jopé!".
¿Qué más da? Esto es un duelo de dos estrellas y buenas amigas que no pudieron hacer juntas 'Thelma & Louise' (1990, Ridley Scott).
Tampoco les fue tan mal.