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Voto de antonio lopez herraiz:
8
Drama Eduardo, un importante ejecutivo, se enamora de Miguel, un atractivo joven de los barrios bajos. Turbios personajes como Rosa, una mujer casada que engaña a su marido con los chicos del barrio, las prostitutas, los chulos, los navajeros, los chantajistas serán determinantes en el destino de los protagonistas. (FILMAFFINITY)
23 de mayo de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Posiblemente éste fuese el mejor banco de pruebas junto a 'La semana del asesino' para que Eloy de la Iglesia se asomase a escenarios que actuasen como prolegómenos al cine quinqui en que se recrearía en breve aunque no de inmediato
Triángulos amorosos, celos, chantajes, crimenes pasionales y, en medio del sarao, un catártico Simón Andreu que ya se había instalado como muso del directo (su llegada practicamente coincidiría con una progresiva desaceleración de la censura) después de dos colaboraciones previas -y muchas más con José Antonio de la Loma- mas Charo López de ama de casa insatisfecha repasándole la cartilla a los chavales del barrio, todo sea por fomentar la alfabetización. De la Iglesia va explotando cada vez mejor y más desairadamente (un punto para eso) las relaciones LGBT sin cubrirlas bajo el edredón de las amistades obsesivas. Aunque esto gira, sencilla y llanamente, alrededor de un puñado de dandys a los que les sale el dinero por las orejas y reparten su tiempo libre entre cabarets, clubs de alterne y los portales de los institutos.
El puente para la normalización de la relación de amistad de sus protagonistas, en un lugar opuesto a López, lo aporta Beatriz Rossat derrochando ternura.
Un cocktail con sabor a tragedias griegas de barrio en el que veteranas -Queta Claver-, estrellas jóvenes consolidadas -Josele Román- y algún que otro futuro rostro popular (Ángel Pardo, cuando aún estaba por descubrir y él sólo había descubierto las camisetas de la talla S) le otorgan concordancia al título. Luego está lo de Ana Farra arrollando por delante con todos en apenas 5 minutos de confesión, abriéndose en carne viva y dejando a Andreu con las emociones revueltas.
Café, copa y puro... y amor libre castizo. Casi un 'Los Golfos' (1960, Carlos Saura) sin toros ni cepos censores a la promiscuidad no necesariamente mixta. Y qué gracioso está el jodido de Antonio Gamero haciendo de mirón por el parque.
Ah, y el primer quinqui de Eloy de la Iglesia no fue José Luis Manzano... ¡¡fue el Chenchooo!!
antonio lopez herraiz
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