Probablemente estemos ante una de las mejores películas de superhéroes de la historia en muchas facetas, y sobre todo en comparación con todo lo anterior que se emitió en el cine sobre Batman.

Nolan ya consiguió darle el protagonismo que se merece a Batman en su propia película, porque los villanos ocupaban más pantalla que él en las entregas previas; pues en esta ha conseguido que ese protagonismo sea compartido por el Joker, peleando ambos personajes por quedar encima del otro, y también con la entrada de Dos Caras como villano secundario. Por cierto, ni punto de comparación en las interpretaciones (Christian Bale como el mejor Batman de siempre, sin duda; y Heath Ledger como el mejor Joker, aunque debo admitir que Jack Nicholson no me disgustó); y en las caracterizaciones (por fin se han tomado en serio a los villanos, tanto en esta como en su secuela, pues Bane, el Joker y el propio Batman eran más bien ridículos en los anteriores largometrajes).

A todo esto se le ha añadido una buena historia y guion, con buenos secundarios en ambos bandos y una banda sonora y efectos especiales que acompañan a la perfección.