Para peor un final que deja lugar a dudas. Yo creo que había un asesino serial que no era Steve Burns. Sí creo que el trabajo que tuvo que realizar lo afectó profundamente como le pasaría a cualquiera. Personalemente pienso que al volver a casa de su novia se mira la espejo pero porque recupera la identidad que en algún momento sintió que flaqueaba.
Por último la comento a los pocos días de ver otra centrada en la temática gay por el grado de estética a la hora de presentar estos temas.
Pacino habrá querido experimentar diferentes personajes a lo largo de su prolífica carrera, pero en esta actúa tan ambiguamente que ni siquiera queda claro, si quiso interpretar a alguien que se siente fascinado por el mundo gay, o si quiso coquetear y dejarla picando.
Me cuesta creer que esta película sea de William Friedkin, tal vez no estuvo bien encarada, restos humanos flotando en el río y un asesino que mata a puñaladas por la espalda y abandona la escena del crimen, es como desprolija.