La primera hora bastante bien, o quizá los primeros cuarenta minutos, pero la parte final es extremadamente deficiente. Steve Carrell brilla por encima de un resto de interpretaciones bastante más planas, aunque todo parece más humor suyo de serie que provocado por el ingenio de los guionistas.

Anne Hathaway está más sosilla, menos divertida, aunque cumple bastante bien. Sin embargo, aunque ambos actores por separado resuelven sus personajes con eficacia, la conexión entre ambos se queda muy por debajo de lo que podría haber sido. No hay química en pantalla, no hay nada que nos haga interesarnos por ambos como pareja protagonista a pesar de que por sí solos son lo suficientemente aceptables.

Era evidente que no iba a mantener el ritmo, y que toda la parte final es mejorable, pero no deja tampoco un recuerdo muy empañado.