El más grande de los planes de esta película es la misma idea del film. El reunir tal elenco de actores, de los más importantes del cine en los últimos años, es una idea que aporta una rentabilidad asegurada que permite andar sobre seguro a un Steven Soderbergh que no contento con tal suculento reparto, consigue crear una película a su altura de un nivel de entretenimiento sublime con un argumento sensacional y un guión fabuloso repleto de memorables diálogos como el que se produce entre Danny Ocean y su ex-mujer Tess.
Se consigue crear un plan maestro con muy pocas fugas en el argumento a pesar de lo inaudito del plan, el cual se encontraría en los límites de lo real y lo irreal pero que en ningún momento traspasa tal frontera.
La película es un ejemplo de diversión absoluta, con muchos toques de humor pero sin llegar a convertir la película en comedia, que se centra casi en su totalidad en el plan y su desarrollo, dejando lugar a unos primeros minutos de metraje bastante divertidos a la hora del reclutamiento de los chicos de Ocean.

Interpretaciones al nivel de los nombres que figuran en el reparto, argumento tan enrevesado como entretenido, duración justa para su veloz ritmo y banda sonora adecuada forman un cóctel perfecto para un amplio público, el cual puede verse sorprendido en gran medida con el final de la película, el cual desvelara la última parte del plan en el preciso momento para elevar aún más si cabe el ya de por si buen concepto inicial