Hay que ver el buen gusto que tienen por aquellas islas británicas. Si este mismo producto se hace en otro país hubiera sido una broma de mal gusto, de esas que se utilizan como coletilla cuando quieres decir que algo es tan malo como absurdo. Pero esto es así, Dead Set va de un apocalípsis zombie en la casa de Gran Hermano, y es tan buena que, permitiéndose el lujo de partir de ese argumento cómico acaba siendo una miniserie de zombies más que envidiable.

Aunque no todo es tan bonito como lo pinto. La serie que consta de 5 capítulos empieza bien, pero los dos siguientes capítulos son un poco sosos, o al menos mucho más corrientes y parecidos a lo que podemos encontrar en cualquier producción de este género. El cuarto capítulo es la antesala perfecta para el final, creando la tensión necesaria. Todo termina en el quinto capítulo con uno de los clímax finales más perfectos que recuerdo en este explotado género.

Todo lo que esperes de una película/serie de zombies está en Dead Set (incluyendo la típica escena de caza con rifle de francotirador más por pura diversión que necesidad), pero esta vez con ese regustillo inglés que solo por allí saben darle (como ya pasara con 28 días después). Ese clima grisáceo, por decirlo de alguna manera, parece el lugar idóneo para una película de estas características.

No es ninguna barbaridad partir de un argumento así. Una vez que se nos ha ido la carcajada de pensar "Gran Hermano+zombies" y nos paramos a pensar un poco en los originarios zombies de Romero todo parece tener tanto sentido que casi asusta. Los zombies, la figura como tal de muerto viviente nace del extremado consumismo, del hecho de que habrá un momento en el que, de tanto consumir, acabemos autoconsumiéndonos. Gran Hermano no deja de ser al fin y al cabo uno de los programas con más consumo televisivo del planeta, por lo que la integración de estas dos ideas es cuanto menos curiosa.

Lo más gracioso es que, por hablar de falta de algo, a Dead Set le falta explotar ese morbo de "el mundo se ha acabado y los dela casa de Gran Hermano siguen haciendo vida normal. Eso se acaba al primer capítulo y se podría haber estirado más (no se muy bien como, pero hubiera estado muy bien). Las continuas ironías que se dan durante la serie y las múltiples referencias a toda la maquinaria de Gran Hermano en diferentes facetas la hacen mucho más profunda de lo que parece.

Una serie que merece la pena para los amantes del género, especialmente por su violento como pocos final y por el saber hacer de Yann Demange. Todo un referente desde ya y una delicia a casi todos los niveles.