El horror hecho live action.

Tenía ciertas expectativas con esta adaptación de una de las series niponas de moda. Por un lado los trailers arrojaban cierto despliegue en los efectos especiales y por otro la campaña de promoción fue bastante ostentosa. A pesar de haber sufrido ya grandes decepciones con adaptaciones japonesas como la de Death Note algo dentro de mí tenía bastantes ganas de darle una oportunidad a shingeki no Kyojin. Además el hecho de haber contado con Tetsuya Nakashima, mi director favorito, me hacía confiar en algo digno de ver.

Tetsuya Nakashima se cayó del proyecto cuando la cosa empezó a marchar. Pero viendo los niveles de la película no me extraña nada. Por desgracia ni siquiera se quedó una semilla del arte del laureado director y estamos de nuevo ante una de esas películas que bien podrían valer para el canal Syfy enfrentando a titanes contra mega cocodrilos.

Ni siquiera me llegó a molestar demasiado los cambios producidos en la propia historia para adaptarlo un poco al cine. Lo que realmente me molesta es que ni siquiera sirve como espectáculo visual ya que tienen escenas realmente malas donde los titanes más que imponer miedo dan risa. Algunas otras no estaban mal en términos de diseño pero el cómputo general es bastante negativo.

Una adaptación más que pobre que parece hecha por actores y técnicos que acaban de empezar en esto del séptimo arte. Una pena que Tetsuya Nakashima no fuera hacia adelante con su idea porque estas líneas serían diametralmente opuestas.